“Están comprometidos a racionalizar regulaciones en cierto modo cargas y a proteger efectivamente las propiedad intelectual americana en los Estados Unidos y alrededor del mundo”, explican en la página proMcCain y Palin.
El listado de puntos a cumplir de Obama debe enfrentarse a una vaga promesa de luchar por los derechos empresariales de los fabricantes y de ayudar a los emprendedores.
Los republicanos dejan claro aún así que son conscientes de la gran revolución que las nuevas tecnologías han supuesto para el país en los últimos años y de su inmenso potencial para luchar contra los principales problemas del estado. Y recuerda, además, que “como antiguo director de la Comisión del Senado para el Comercio, la Ciencia y el Transporte, John McCain está cualificado de un modo único para guiar a nuestra nación en esta revolución tecnológica”.
Al margen de lo incluido o no en su programa electoral, el republicano ya ha apuntalado su posición en algunos asuntos cruciales. Los estadounidenses tendrán libertad de elección para escoger a su proveedor de Internet y las empresas de innovación verán como se suavizan las condiciones de inversión en este sector si McCain llega al poder.
Apoyo industria La red y la industria, aún así, no han dejado de traer problemas a McCain y su equipo. A la violación del derecho a la intimidad que supuso el ataque al correo personal de Sarah Palin hace menos de un mes,
al republicano el entorno empresarial TIC se le ha puesto complicado. A juzgar por las manifestaciones de ciertos directivos las nuevas tecnologías son
claramente demócratas.
El creador de Facebook, Chris Hughes, ya se ha declarado abiertamente pro-Obama y ha endorsado la lista de eminencias del comité del candidato. Pero no ha sido el único. Eric Schmidt, de Google, por poner otro ejemplo de peso, también se han asociado a la propuesta demócrata.
McCain sólo consiguió, como figuras ligadas a la industria, a personajes de perfil bastante bajo entre los principales votantes a los que las nuevas tecnologías seducen y cautivan. Warren Buffet, el enfant terrible de las inversiones que disputa a Carl Icahn las pesadillas de las compañías en apuros, es un anciano de 78 años que no luce con mucha intensidad ante los cantos de sirena de Hughes.
La ex CEO de HP, Carla Fiorina, era el otro apoyo ligado a la industria del candidato del partido en el Gobierno pero, como recuerda un analista en
El País, desapareció “sin explicaciones después de asegurar que ninguno de los candidatos (…) estaban preparados para dirigir una gran compañía”.