Obama aboga por proteger la neutralidad de Internet
“Gratuita y abierta”. Así es como debe ser Internet de acuerdo al presidente de Estados Unidos, Barak Obama, quien también ha pedido las medidas más estrictas posibles para proteger la neutralidad en la Red.
““Una Internet abierta es esencial para la economía estadounidense y, cada vez más, para nuestro modo de vida. Al abaratar el coste de lanzar nuevas ideas, favorecer la creación de movimientos políticos y acercar a diferentes comunidades, la Red se ha convertido en una de las influencias democratizadoras más importantes que hayamos conocido nunca”.
Así comienza el mensaje en vídeo del presidente de EE UU que ha sido difundido hace pocas horas. Durante su intervención, Barak Obama ha recordado que el “principio de neutralidad” sobre el que se basa Internet desde su creación “no puede darse por supuesto”.
Tras advertir que no puede permitirse a los proveedores de servicios que restrinjan el acceso o decidan quiénes son los ganadores o perdedores en el mercado online, Obama ha hecho un llamamiento a la FCC (Federal Communications Commission) para que implemente las medidas más estrictas posibles para proteger la neutralidad de la Red y evitar el desarrollo de una Internet a dos velocidades.
Pero Obama no sólo ha señalado el peligro, sino que ha apuntado cuatro reglas básicas que considera fundamentales. La primera es que ningún usuario que acceda a una web o servicio con contenido legal pueda ser bloqueado por los proveedores de servicios.
La segunda regla es que los ISP tampoco podrán ralentizar intencionadamente un contenido y acelerar otro, basándose en el tipo de servicio o las preferencias del proveedor de servicios del usuario.
El aumento de la transparencia es la tercera regla y el objetivo es que ningún usuario pueda recibir un tratamiento especial en ningún tramo de la Red; mientras que la última es que no sea posible pagar para que un determinado servicio tenga un “carril más rápido”.
Para hacerlo posible, Obama ha comentado que ha llegado el momento de que la FCC reconozca que el servicio de banda ancha es fundamental y que tiene las mismas obligaciones que otros muchos servicios vitales, por lo que “debería reclasificar este servicio bajo el Título II de la Ley de Telecomunicaciones”, que garantizaría el principio de igualdad y que no se desarrollasen prácticas discriminatorias contra los usuarios.