Yamaha ha anunciado en el CES 2006 dos proyectores: uno para locos del cine forrados hasta las cachas del segmento medio, el DX-830 y otro para gente más forrada todavía de gama alta, el DX-1300. El primero tiene una resolución de 720 líneas verticales (en progresivo) y utiliza el sistema DLP DarkChip II de Texas Instruments. Cuesta 3.500 euros, algo que es razonable para un proyector con rueda de seis colores, ratio de contraste de 4.000 a uno, 1.000 lúmenes ANSI, conexión HDMI (interfaz multimedia de alta definición) y sólo emite 26 decibelios de ruido al operar.
El segundo ya se sube a la parra con un precio de unos 10.400 euros, pero cuenta con el sistema DLP DarkChip 3 también de Texas Instruments (siempre es mejor “3” que “II”), mejor óptica y un ratio de contraste de 5.000 a uno.
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