Este nuevo sistema no sólo permite utilizar las algas sin que tengas que ser secadas previamente, sino que además es continuo y permite una producción sin tiempos muertos, haciéndola más eficiente y viable económicamente. Desde que las algas entran en el sistema hasta que obtenemos petróleo pasa una hora, algo mucho más rápido que lo que requiere el proceso natural.
Básicamente funciona como una olla a presión, aunque en este caso a 350 ºC y 3.000 PSI, combinando licuefacción hidrotérmica y gasificación catalítica hidrotermal. No sólo se obtiene petróleo, que luego puede ser refinado para disponer de gasolina y otros muchos derivados, sino que también se produce gas, agua y nutrientes, por lo que pueden usarse para alimentar a la propia planta de procesado y al cultivo de más algas, haciéndolo relativamente sostenible.
El sistema ya está listo para ponerse en marcha en mayor escala y probablemente sirva para que los biocombustibles se vuelvan mucho más económicos. ¿Quién sabe, lo mismo la creación de gasolina de forma sencilla y asequible quizás esté a la vuelta de la esquina?
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