Desde el momento en que accedemos a la página web o la app móvil de Amazon, la maquinaria que se pone en marcha por detrás es extremadamente sofisticada. Los algoritmos comienzan a ejecutarse para proporcionarnos la mejor experiencia de usuario, comenzando por la navegación entre millones de productos y las sugerencias que se muestran en base a nuestras preferencias. La realización de los pedidos hasta el momento en que se procede al pago también busca ser lo más fácil posible, con todo tipo de opciones como el cambio de destinatario, el modo de pago, la elección de la tarjeta que se encuentre guardada, etc. Todo está pensado milimétricamente porque Amazon, siendo un negocio de comercio electrónico, se basa en el software que ha estado desarrollando desde que Jeff Bezos fundara la compañía en 1994.
Efectivamente, Amazon se puede considerar una compañía de Software. No en vano, su filial AWS (Amazon Web Services) surgió precisamente cuando los responsables se dieron cuenta de que podían vender a otras empresas la tecnología que habían estado desarrollando para uso interno, tanto a nivel de infraestructura como de aplicaciones de gestión. Así es como se impulsó la nube pública de la que tanto hablamos en los últimos años y así es cómo AWS se ha convertido en el mayor proveedor hiperescalar a nivel mundial, seguido de Microsoft Azure y Google Cloud.
Pero, ¿qué ocurre desde el momento en que hacemos clic en “Confirmar pedido” hasta que el paquete se mete en el camión de reparto para recibirlo en casa? Un proceso que intentaremos resumir tras nuestra visita al recién inaugurado MAD7, el nuevo centro logístico de Amazon en la localidad toledana de Illescas.
Allí, con motivo de la celebración del 10º Aniversario de Amazon en España, se dieron cita las autoridades y los medios de comunicación, donde el gigante del comercio electrónico se comprometió a llegar a los 25.000 empleos fijos y formar a 50.000 pymes para digitalizarse antes de 2025, tal y como recogimos la pasada semana en Silicon.
En la actualidad, Amazon cuenta con 30 centros en España (8 centros logísticos, 2 centros de distribución, 19 estaciones logísticas y 3 centros logísticos urbanos), pero también asegura que para finales de este mismo año se llegue a la cifra total de 40 centros en nuestro país.
Antes de centrarnos en este centro conviene resolver la pregunta: ¿Por qué la denominación MAD cuando este centro está ubicado en Castilla La Mancha?, la respuesta es que estas denominaciones se deciden en función del aeropuerto principal más cercano, al que llegan buena parte de los productos internacionales importados por Amazon. No es otro que el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Dicho esto, MAD7 es el segundo centro logístico de Amazon en Illescas, un lugar bien comunicado por carretera en unos terrenos mucho más baratos que los que se pueden encontrar en la Comunidad de Madrid. Además, servirá como centro logístico tanto para buena parte de Castilla La Mancha como para la región sur de Madrid.
Allí se han implementado los últimos avances de la compañía en robotización y automatización, desde que llegan los trailers con todos los palets repletos de productos hasta que sale nuestro pedido. Este centro logístico también se utiliza como almacén, de tal forma que los procesos de almacenaje de los productos son extremadamente sofisticados para ahorrar espacio. Al contrario de lo que se pueda pensar, Amazon ha encontrado un sistema de almacenamiento para preparar los pedidos mucho más eficiente: situar los productos por tamaño y forma y no por tipo o categoría de producto.
Todos los procesos que forman parte de la cadena son importantes, pero tal vez el de los robots, denominados “Drives”, es el que más impresiona. A través de un complejo entramado de calles, una suerte de matriz compuesta por códigos QR en el suelo, los casi 2.900 Drives disponibles van moviendo estanterías móviles de un lugar a otro en una superficie de 115.000 metros cuadrados (el total de las instalaciones es de 180.000 metros cuadrados), lo que equivaldría a 17 campos de fútbol. Aquí se ubican más de 53.000 estanterías móviles o “Pods”, cada una de ellas con decenas de productos, que van siendo transportadas hasta la línea de recogida para confeccionar cada pedido.
Una vez que el Pod deja la estantería en la línea de preparación y llega hasta el operario, un foco ilumina el lugar de la estantería donde se encuentra el producto a retirar para que el operario no tenga que buscarlo entre todos esos compartimentos. En este momento es escaneado para seguir su trazabilidad.
Una vez confeccionado el pedido con los productos metidos en un cajón apilable, pasa a una línea de transporte que lo dirige a la zona de preparación del paquete. Otro dato interesante es que cuando un pedido tiene varios productos, éste puede pasar por distintos operarios para que cada uno de ellos añada uno de los productos en función de la cercanía o disponibilidad del Pod donde se encuentra almacenado. En instalaciones de almacenaje tradicionales no ocurre así, ya que cada operario realiza el pedido completo. El complejo sistema automatizado de Amazon permite acelerar los procesos de elaboración de los pedidos al realizarlos en el menor tiempo posible.
Tal y como nos explicaban los responsables, este sistema también se utiliza para ir moviendo productos de unos centros logísticos a otros repartiendo el stock en función de las necesidades y las previsiones de venta de cada región.
Por motivos de seguridad, ningún operario que manipula los paquetes tiene acceso a la dirección del destinatario. Este proceso se realiza en el último momento, cuando el paquete está ya cerrado y ha pasado por otro control donde se pesa la caja para saber que tiene exactamente los productos pedidos. Ni uno más, ni uno menos. En caso de que un paquete no tenga el peso calculado previamente por el sistema, se retira automáticamente para ser revisado por otro operario, lo que reduce posibles errores de envío con su consiguiente coste y malestar del cliente.
A pesar del nivel de robotización y automatización de estos centros logísticos de última generación de Amazon, es importante recalcar que se generan puestos de trabajo tanto de manipulación como de supervisión o transporte. En el nuevo centro de Illescas hay empleo fijo para 1.200 personas, así como un número mucho mayor de puestos de trabajo indirectos.
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