Nuevo casco-máscara de gas del Ejército USA: Darth Vader querría uno igual
La fusión de las dos herramientas de protección emplea un sistema de ventiladores internos para mantener fresca la cabeza del usuarios además de mantener presurizado el conjunto para evitar la entrada de aire contaminado desde el exterior. Con ello se consigue una mayor comodidad en entornos contaminados donde el soldado vaya a tener que actuar durante períodos de tiempo prolongados.
Esta especia de microclima interno también evitará, por ejemplo, que el sudor penetre en los ojos del soldado incomodándole o impidiéndole una adecuada visibilidad del entorno. El casco-máscara va conectado a un sistema de alimentación eléctrico que puede llevarse en el cinturón o e una mochila y se basa en la versión comercial de la máscara Avon M50 que ya se emplea en el ejército estadounidense.
Un sistema de bombeo de aire mantiene la zona de la nariz provista de un flujo de aire limpio mientras que una válvula permite que al exhalar el usuario una válvula se cierra permitiendo el paso de aire a la zona alrededor de los ojos para mantener la presión positiva interior que impide el acceso de aire contaminado desde el exterior del casco si llegase a romperse.
Este casco-máscara ha estado sometido a diversas pruebas durante el pasado año y ha demostrado ser más cómodo y al menos tan efectivo como las actuales máscaras de gas que emplean en el ejército en ejercicios y para maniobras de combate. Ya están trabajando en mejoras como sensores que detecten cuando debe ponerse en funcionamiento el sistema interno de ventiladores y hacia donde dirigir el flujo de aire.
Ahora sólo falta añadirle visión infrarroja (de hecho en la parte frontal se adivina el hueco para ubicar el soporte para este tipo de visores) y un sistema de proyección de información al estilo de GoogleGlass y nos faltará un poco menos para el soldado del futuro… y para IronMan.
vINQulo
Avon Protection