La nueva vida del creador de Minecraft y por qué el dinero no hace la felicidad

Notch vendió el juego a Microsoft por 2.500 millones de dólares y se compró una mansión en Beverly Hills. Ahora se lamenta de no poder llevar una vida ‘normal’.

Hacerse rico y famoso es el sueño y objetivo de muchos de los emprendedores, pero a veces los sueños están sobrevalorados. El dinero no hace la felicidad. En lugar de eso, puede convertirse en una fuente inagotable de problemas. Ganar unos cuantos millones de dólares supone perder otras cosas.

Así lo ha manifestado el creador de la plataforma de construcción de mundos Minecraft, Markus ‘Notch’ Persson. Este fin de semana el emprendedor ha publicado una serie de tweets donde manifiesta su tristeza y sentimiento de soledad en su nueva vida como millonario.

A mediados de septiembre del año pasado Microsoft anunció la adquisición de la empresa Mojang AB por 2.500 millones de dólares, adquiriendo todos los activos de Minecraft. En lugar de unirse al equipo de Redmond y seguir trabajando en el área de juegos de la compañía de software, Persson decidió que era momento de iniciar un nuevo camino y vivir a cuerpo de rey con todo el dinero que se había embolsado tras el trato. Empezó comprando una mansión en Beverly Hills, junto a las de las de Jay Z o Beyoncé, por 70 millones de dólares.  

Casi un año después de la venta de Minecraft, el padre del mundo hecho a base de ladrillos más exitoso tras los Lego, no parece muy satisfecho con su decisión. “El problema con tenerlo todo es que te quedas sin razones para seguir probando y la interacción humana se vuelve imposible debido al desequilibrio”, ha señalado. Pero Persson, según continúa contando, está bastante lejos de tenerlo todo.

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“Estando de juerga en Ibiza con un grupo de amigos y de fiesta con gente famosa, siendo capaz de hacer lo que quiera y nunca me he sentido más aislado”, confiesa el emprendedor. Ahora que tiene dinero para poder hacer cualquier cosa se encuentra con que la gente que quiere no tiene tiempo o puede permitirse hacer lo mismo que él. “En Suecia me sentaré a esperar que mis amigos y familia tengan tiempo de hacer mierda, mirando mi reflejo en el monitor”.

A Notch ingresar esos 2.500 millones de dólares solo parece haberle traído problemas con muchas de las personas que le rodeaban. “Encontré una gran chica, pero ella tiene miedo de mí y mi estilo de vida y me plantó por una persona normal”, relata. La fortuna del creador de Minecraft también ha hecho que muchos de sus antiguos compañeros de Mojang le den la espalda. Aunque quiso que su plantilla tuviera buenas condiciones tras la operación de Microsoft, asegura que ahora “todos me odian”.

A Persson ni siquiera parece llenarle lo que entretiene a muchos millonarios: la filantropía. Aunque donar millones de dólares siempre puede hacer sentirse a uno mejor, el fundador de Mojang explica que intentó “salvar el mundo, pero eso solo me expone al mismo tip que me hizo vender Minecraft otra vez”.

No obstante, Persson intenta consolarse a sí mismo con las palabras que otras personas en su lugar le han transmitido: “La gente que ha llegado al éxito de manera repentina me está diciendo que esto es normal y pasará. Es bueno saberlo. Me temo que entonces me tomaré una ducha”.