Lo que podría haber sido un buen negocio, ahora es una fuente de problemas. Tras vender un sistema de vigilancia electrónica a la operadora estatal iraní Irantelecom, el fabricante Nokia Siemens Networks (NSN) sufre la condena pública por parte de distintas organizaciones defensoras de los derechos humanos.
El problema comenzó cuando NSN vendió a Irantelecom una tecnología de vigilancia que permite leer los correos electrónicos y controlar la transferencia de datos en redes de telecomunicaciones. Como propiedad de la República Islámica de Irán, la operadora se encuentra sospechada de perseguir a los opositores al régimen presidido por Mahmud Ahmadineyad.
Un portavoz de NSN aseguró que el sistema vendido ofrece una “funcionalidad de intercepción legal”, tal y como reproduce The Washington Times. Sin embargo, la abogada Lily Mazaheri, quien representa a varios disidentes iraníes, cree que el régimen de Ahmadineyad está utilizando la tecnología para espiar a sus enemigos.
Por este negocio, NSN podría entrar en conflicto con las autoridades alemanas, ya que el Gobierno local ha apoyado la presión diplomática y económica sobre Irán. La empresa también podría registrar inconvenientes en sus operaciones en Estados Unidos por esta misma cuestión.
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