El primer fabricante de teléfonos móviles, Nokia, ha vuelto a anunciar su intención de recortar puestos de trabajo. En esta ocasión la compañía prevé eliminar 490 empleos en su planta de Salo (Finlandia), de los cuales 170 se orientarían a logística, gestión de producción y apoyo de producción y unos 320 estarán relacionados con un paquete de bajas voluntarias.
Nokia ha decidido acogerse a esta medida tras sus resultados negativos de enero a marzo, período en el que registró sus primeras pérdidas trimestrales brutas. Así, la enseña finlandesa sigue persiguiendo su objetivo, anunciado a principios de año, de reducir costes anuales en su filial clave de teléfonos por más de 700 millones de euros para compensar la caída de la demanda.
Se espera que en el ejercicio en curso el mercado de la telefonía móvil se contraiga hasta un 1% a medida que los consumidores disminuyen sus gastos y los vendedores de terminales intentan deshacerse de su stock acumulado.
En total, incluyendo estos despidos, Nokia podría reducir su fuerza de trabajo en 4.000 personas a lo largo del año, según recoge Reuters. Tras ofrecer un retiro voluntario a un millar de trabajadores a finales de febrero, a mediados de marzo la empresa anunciaba 1.700 recortes adicionales.
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