Un millón de descargas cada 24 horas, un ritmo de creación de 3.000 dibujos por segundo, una comunidad de 50 millones de aficionados y unos 100.000 dólares diarios en ingresos son las cifras que han aupado a Draw Something al estatus de aplicación del momento. Esta heredera del Pictionary ha sabido ocupar un vacío creativo en el ecosistema móvil (no existen otras apps de éxito similares), aprovechando las capacidades táctiles, sociales y de conectividad de los dispositivos inteligentes con sistema operativo Android (también cuenta con versiones gratuita y de pago para iPhone y iPad) y robando el corazoncito de consumidores muy diversos. Todo ello a pesar de que, por el momento, sólo funciona en inglés.
Ahí no se quedan sus logros. Hace menos de un mes conseguía salvar de la quiebra a los desarrolladores de OMGPOP, su compañía responsable, al recibir una oferta de compra por valor de 210 millones de dólares de bolsillos de Zynga. Un caso similar es el de Angry Birds, que en su día se presentó como el último cartucho para la viabilidad de Rovio y que dos años después se ha establecido como el buque insignia de la firma finlandesa. En su haber cuenta ya con los parajes de Angry Birds Seasons, Angry Birds Rio, Angry Birds Space y Angry Birds Magic, diversos muñecos de peluche, una aplicación en Facebook, un parque temático, una serie de televisión y una película. Eso sin contar sus más de 500 millones de descargas, 6’5 de ellos acumulados durante el último día de Navidad.
Los más apocalípticos llegaron a proclamar la muerte de Windows Phone cuando se pensó que la secuela de estas batallas entre cerdos y pájaros enfadados realizada con ayuda de la NASA no llegaría a la plataforma de Microsoft. Un rumor posteriormente desmentido, pero que pone de relieve la importancia de ciertas aplicaciones de cara al mercado de consumo. Niveles parecidos de adicción son los que causa el Scrabble online Words with Friends. La prueba viviente es el famoso actor estadounidense Alec Baldwin, que fue expulsado de un vuelo de la no menos conocida American Airliness por mantener su teléfono activado (y jugar a las palabras encadenadas) previo despegue del avión.
Más allá de los juegos
Pero no sólo de pasatiempos peca el hombre. Con el ascenso de los smartphones, que ofrecen acceso a Internet en cualquier momento y en cualquier lugar, se han reproducido como setas los servicios que hacen de la posición geográfica su principal recurso. El ejemplo más destacado es el de Foursquare, cuyo entramado de badges y mayorships ha conseguido obsesionar a 15 millones de persona con hacer check-in en cualquier rincón del planeta, y ha derrotado a fieros competidores como Gowalla y Facebook Places. Esta especie de red social sirve, además, para tareas más prácticas como pueden ser compartir opiniones y recomendar locales al resto de la comunidad.
Otra aplicación que está causando furor es WhatsApp, ya que aparte de texto permite transmitir imágenes, vídeo, audio e incluso la localización del emisor. Pero sobre todo engancha porque, a diferencia de los tradicionales SMS o mensajes multimedia, es gratuita. El truco radica en que WhatsApp recurre a la red de datos del terminal donde se instala, algo que según sus inventores es un claro beneficio para las empresas de telecomunicación y que a juicio de las operadores causará una sangría económica sin precedentes (se estiman 23.000 millones de dólares en pérdidas para este año).
Un sistema que está reportando bastantes alegrías a su fabricante es Siri, el asistente de voz del iPhone 4S capaz de contextualizar y responder todo tipo de preguntas con eficacia y una buena ración de sentido del humor. De hecho, ya le han salido réplicas en plataformas rivales como TellMe, Iris, Cloe, Cluzee o Majel. De iOS a Android también se ha trasladado Instagram, esa colección de filtros fotográficos tan de moda (y tan publicitada tras su absorción por Facebook) que permite a los más modernos evocar el estilo de las cámaras antiguas. A los 30 millones de descargas para iPhone durante los diecisiete meses que ha estado disponible en la App Store se sumó el martes pasado otro millón de solicitudes en Google Play, y la cifra sigue subiendo cada segundo. De hecho, incluso antes de estrenarse olía a triunfo: más de 430.000 personas se registraron en la lista de correo de la startup para recibir la actualización en sus teléfonos.
La calidad del diseño es decisiva en una segunda aplicación que nació para el intercambio de fotos en privado (la clave está en que anima a comunicarse sólo con los amigos de verdad) y que con su versión 2.0 se ha transformado en un verdadero diario de bolsillo, con textos, canciones, horarios, emociones y mucho más: Path. La idea ha calado con fuerza y en cuestión de meses ha logrado doblar los resultados de todo un año, hasta romper la barrera de los 2 millones de miembros. Como también ha arraigado el concepto de agregador de contenidos informativos (Flipboard) y los de organización, almacenamiento y productividad (Evernote). Una tras otra, las revelaciones móviles parecen no tener fin… ¿cuál será la siguiente?
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