Los correos electrónicos masivos en los que el resto de personas que reciben la misma información son un pecado por el que las empresas tendrán que penar; y mucho. La penitencia por este descuido no es, como se dice popularmente, moco de pavo: 3.000 euros puede costar un mail con estas características.
Introducir de forma visible una lista de envíos es una molestia para los receptores y además una violación de su intimidad. La inmobiliaria Sánchez Romero envió una felicitación de Navidad a todos sus contactos y de modo visible, como apunta La Vanguardia, lo que le ha costado 3.000 euros, que ha impuesto la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). La multa sin embargo no es especialmente grave. Por semejante despiste podrían haberle caído 60.000 euros.
Según recuerda el diario barcelonés, no sólo las grandes empresas pueden ser obligadas a purgar sus culpas. Los mails en cadena son otro de los elementos en los que hay que estar vigilantes. Incluir un pdf con gatitos es un delito moral; hacerlo con todos los mails visibles es además una falta legal.
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