Por fin es viernes y eso sólo significa una cosa en Gizmodo: delirios etílicos las mismas cosas absurdas que el resto de la semana, como esta consola portátil fabricada a partir de un controlador de la GameCube y la propia GameCube. Pesa dos kilogramos, no lleva batería y le ha costado sudor, lágrimas, 1.540 Coca-Colas y 875 bolsas de Cheetos hacerla, sin contar los 290 euros en materiales.
Handheld Gamecube [N-Central]
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