El debate sobre la neutralidad de internet tiene una importancia vital. El camino que tome Estados Unidos será de fundamental importancia: por primera vez internet tendrá reglas. Es un momento histórico sin precedentes.
Durante estos días Washington ha sido un hervidero de protestas contra la posibilidad de desaparición de la neutralidad de la red. Decenas de personas han acampado ante la sede de la FCC pidiendo un internet abierto. Al menos 2 millones de personas han firmado peticiones a favor de la norma.
Y con motivo. El 15 era la fecha que la Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense había elegido para presentar su propuesta para regular nada más ni nada menos que la forma en que funciona internet
Es una guerra de intereses formada por dos bandos. Los poderosos proveedores de servicio de internet –que aglutinan a operadores de Telecomunicaciones- y empresas de internet, también poderosísimas, como Google, Amazon o Netflix.
El debate está en su punto álgido. Tras meses de negociaciones el órgano regulador estadounidense FCC, competente en la materia, ha votado a favor del que se denomina Internet de dos velocidades.
La decisión supone un importante giro. En 2010, 3 de los 5 comisarios votaron a favor de la neutralidad de internet. Fueron los tres comisarios designados por Barack Obama, que prometió en campaña que lucharía por una red abierta y neutral. Los votos en contra llegaron de representantes republicanos.
Pero a pesar de la mayoría, la implicación de actores económicos muy poderosos auguraba ya entonces que la negociación no iba a ser sencilla.
Una sentencia a favor de Verizon cambió el curso de la regulación. El gigante de telecomunicaciones decidió llevar a los tribunales la cuestión de la legalidad del Internet de dos velocidades, esto es, la legalidad de imponer precios más altos a compañías que requieran más velocidad para ofrecer sus servicios.
La Justicia no sólo dio la razón a Verizon, sino que además atacó a la FCC, acusándola de haberse excedido en sus competencias; limitó sus poderes al considerar que no podría prohibir a proveedores de internet ralentizar el servicio de acceso según clientes.
Tras el varapalo, la FCC intenta crear unas normas que contenten a las dos partes aunque evitando que el principio del lnternet abierto se vea comprometido.
El presidente de la FCC, Tom Wheeler, ha liderado la propuesta que la Comisión acaba de lanzar. En ella se pide prohibir a los operadores la capacidad de bloquear el acceso o ralentizar la velocidad de conexión a terceros, aunque se propone una tasa, aplicable a aquellas empresas que necesiten mayores velocidades para ofrecer sus contenidos (Netlfix, Amazon).
La propuesta, que aún cuenta con el respaldo de 3 de los 5 comisarios, estará abierta a comentarios y negociaciones durante los próximos cuatro meses.
El tema también se debate en Europa. De momento el Parlamento ha votado a favor de la Neutralidad, aunque la norma aún está muy verde. Deberá pasar el tamiz de los órganos de poder de cada país miembro, donde operadores de telecomunicaciones como Vodafone, Telefónica, Deutsche Telekom o France Telecom tienen grandes intereses en juego.
¿Es la propuesta de la FCC el camino intermedio entre ambos bandos?
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