Estaba previsto que Netflix aterrizara en nuestro país en enero con un catálogo inicial de 3.500 películas y el mismo número de episodios de series televisivas. Sin embargo, la mala racha económica de la compañía ha provocado un cambio de planes.
La pesadilla de este exitoso servicio comenzó cuando anunciaron una subida del 60% en el precio de la suscripción mensual. Además, crearon dos nuevas tarifas de 7,99 dólares cada una para ofrecer por separado el servicio de alquiler de películas y series y el de reparto a domicilio de DVD.
Estas desafortunadas decisiones y la creciente competencia en el sector han provocado la huida de 800.000 clientes en el último trimestre. Ni siquiera la apertura del servicio en México y varios países de América Latina ha compensado la sangría de usuarios.
El éxodo de usuarios ha ocasionado una caída cercana al 35% en las acciones de Netflix y sus responsables no han tenido más remedio que paralizar los planes de expansión. Reed Hastings, CEO y cofundador de la compañía, reconoce que la base de usuarios en Estados Unidos ha caído a 23,7 millones cuando preveían superar los 25 millones.
Hastings ha anunciado que suspenden los planes para la expansión hacia Europa hasta que recuperen la “rentabilidad global”, aunque sí mantienen la llegada del servicio a Irlanda y Reino Unido tal y como habían anunciado.
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