Nanocelulosa cristalina, el nuevo material maravilla que desafía al grafeno
Más fuerte que el acero, más rígida que el kevlar y más ecológica que el grafeno, la nanocelulosa podría convertiese en materia prima para la producción sostenible de biocombustibles.
A pesar de la multitud de propiedades que ha demostrado poseer el grafeno y su posición inmejorable para convertirse en el material que podría revolucionar el mundo científico en diversos niveles, un nuevo competidor acaba de salirle a la zaga: la nanocelulosa cristalina.
Este material, más ecológico e igual de asombroso, está siendo investigado por el profesor de biología de la la Universidad de Texas, Malcolm Brown, que quiere comenzar a producirlo en grandes cantidades.
Es más fuerte que el acero, más rígida que el kevlar y la celulosa también se trata del polímero orgánico más abundante de la Tierra, ya que está presente en multitud de fibras vegetales como en los troncos y las ramas de los árboles, los tallos de la planta del maíz o las fibras de algodón, y es el principal componente del papel y el cartón.
El problema radica, o radicaba hasta ahora, en que son escasos los organismos vivos capaces de sintetizar celulosa en su forma original de microfibrillas.
Brown y sus colegas han estado trabajando con “acetobacter xylinum”, una bacteria que segrega nanocelulosa directamente en el medio de cultivo, desde los años 70. Y más recientemente han reorientado su enfoque hacia un tipo de algas verde-azules de la misma familia que las bacterias empleadas para producir vinagre y con potencial similar para liberar nanocelulosa en su entorno.
“Si somos capaces de completar los pasos finales, habremos logrado una de las transformaciones agrícolas potencialmente más importantes” de la historia, dice Brown. “Tendríamos plantas que producen nanocelulosa de forma abundante y barata. Puede llegar a convertirse en materia prima para la producción sostenible de biocombustibles y de muchos otros productos”.
Y es que, “mientras producen nanocelulosa, las algas absorben el dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero relacionado con el calentamiento global”, recuerda el investigador.