Ayer se cerraron las puertas del Mobile World Congress 2022 en Barcelona. Según la organización GSMA, se superaron los 60.000 asistentes presenciales y las 500.000 personas conectadas de forma online.
La primera cifra está lejos de los registros del último año antes de la pandemia, 2019, en el que unos 109.000 profesionales se dieron cita en este congreso. Un primer análisis “a bote pronto” nos permitiría concluir que esta edición ha sido un fracaso, pero si tomamos todos los datos con rigor, la cosa cambia, al menos para este cronista. Veamos.
Entre las ediciones de 2019 y 2022 ha ocurrido algo a nivel mundial llamado pandemia. En este periodo de tiempo todo ha cambiado radicalmente, como por ejemplo la forma de socializar, de establecer contacto con la gente, de relacionarnos unos con otros. Es cierto que —por suerte— estamos volviendo a una cierta normalidad y gracias a ello el congreso MWC 2022 se ha desarrollado sin problemas sanitarios, pero no es menos cierto que hace un mes estábamos todos hablando de las decenas de miles de contagios provocados por la variante ómicron, que estaba haciendo estragos en Occidente.Y esta circunstancia también generó dudas sobre si la edición de este año se celebraría finalmente de manera presencial.
Otro dato a tener en cuenta es la gran ausencia de profesionales provenientes de países asiáticos como China (que en años anteriores suponían un importante porcentaje de las personas que atendían el MWC) debido precisamente a las restricciones en esos países provocadas por la COVID-19.
Un interesante ejemplo es el de Huawei, uno de los principales expositores de la feria. En ediciones pasadas, eran cientos los trabajadores que venían a su estand desde la sede de Shenzhen para atender a los asistentes, explicar lo que estaban mostrando e incluso para dar soporte a nivel logístico. También traían a sus propios cocineros y camareros.
Este año han sido contadas las personas llegadas desde su sede, principalmente directivos y algunos portavoces. El grueso de la expedición para el MWC del gigante de las telecomunicaciones y la movilidad ha llegado procedente de sus filiales en Europa.
Por tanto, carece de sentido comparar el MWC 2019 con el MWC 2022 en términos de asistencia presencial.
Lo que sí ha resultado una tendencia a tener en cuenta es el mayor interés general por parte de los profesionales ávidos de conocer de cerca las soluciones y productos mostrados por 1.900 empresas a lo largo de estos días. Porque este tipo de encuentros, no hay que olvidarlo, sirve principalmente para generar negocio entre expositores y asistentes.
Ciertamente, durante los últimos años ha bajado el número de grandes anuncios por parte de los fabricantes. Este hecho se produce principalmente en el área de smartphones y dispositivos móviles, donde parece que hemos tocado techo en materia de innovación. Claro que se siguen incorporando mejoras en campos como la fotografía o la experiencia de usuario, pero hay que admitir que ha bajado el ritmo frenético de novedades disruptivas que coparon las portadas durante buena parte de la década de los 10.
Lo que ocurre es que el MWC 22 ha dejado de ser un congreso principalmente de móviles para dar paso a una mayor presencia del sector profesional, el B2B.
Y es aquí donde llegan las buenas noticias, aunque no tan atractivas para el gran público como el lanzamiento del último smartphone estrella de cualquier fabricante con esos 12GB de memoria, 512GB de almacenamiento y lo último en chipsets para móviles.
Lo que ha diferenciado el MWC 2022 de las anteriores ediciones es que las compañías presentes ya están mostrando masivamente casos de uso reales de 5G y otras tecnologías de telecomunicaciones. En 2019 eran contados estos casos porque la adopción de la última generación de comunicaciones móviles brillaba por su ausencia. Había madurado notablemente y ya sabíamos todo lo que se podría hacer con el 5G, pero la mayor parte de esos casos se limitaba a pruebas de campo y desarrollos aún en etapas iniciales.
El MWC 2022 ha servido para ver cómo esta última generación permite facilitar la vida de las personas y mejorar la eficiencia y la productividad de las organizaciones, especialmente en todo lo relacionado con sectores verticales como la Industria, Telco, Sanidad, Educación…
Otra gran diferencia la hemos encontrado en lo referente a la sostenibilidad medioambiental. En mayor o menor medida todas los expositores presentes en el congreso han mostrado cómo es posible seguir innovando y asegurando la continuidad de los negocios mientras se pone foco en ser más sostenibles y reducir las emisiones de carbono para que el Mobile World Congress siga celebrándose durante muchas más décadas. Es decir, esto significa que no nos habremos cargado el planeta, con el permiso de Rusia.
En cualquier caso, bajo el humilde punto de vista del que escribe, la edición del Mobile World Congress de este año ha sido todo éxito si tenemos en cuenta el complejo contexto de la situación actual.
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