Mutación tecnológica
El complejo entramado de las TIC va a modificar los cimientos de la empresa en términos de competitividad y a impulsar el avance en áreas concretas de la sociedad.
Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) van a convertirse en punta de lanza en cuanto a innovación corporativa se refiere. El fenómeno tiene su origen en la ya obligada especialización de la empresa si busca entre sus prioridades más básicas lograr ese índice de competitividad que le diferencie del anonimato ejecutivo, en este siglo XXI que respiramos.
La transformación a la que nos enfrentamos hoy día tanto a la hora de cumplir objetivos de negocio como en seleccionar el proyecto que personalice el logotipo de la compañía, no sólo se caracteriza por el síndrome de la incertidumbre a la que todo directivo de prestigio se expone en un entorno siempre fluctuante, sino que, lejos de todo esto, conlleva un nuevo modelo de negocio donde se espera lo más y lo mejor. Como fruto de la propia cosecha.
Este cambio radical que se cierne sobre cualquier tipo de organización viene acompañado, asimismo, por una evolución sin precedentes en el ámbito informático. La capacidad de los ordenadores, ya desorbitada, parece no tener límites en su carrera hacia el futuro; y, claro está, sin poder olvidar la preeminencia absoluta de Internet.
Las Nuevas Tecnologías abren las puertas de facto a un universo inédito donde, según los más entendidos, asignaturas pendientes como la sanidad y la administración observarán avances de necesidad, sobre todo, en países como España. Por supuesto, segmentos como el laboral o el orquestado por el tiempo de ocio y entretenimiento también recibirán buena parte del pastel que nos espera con medidas que, a fin de cuentas, pretenden dar alas a un horizonte que ya podemos intuir.