El próximo viernes 28 de octubre, si no sucede ningún imprevisto, se producirá la toma de control por parte de Elon Musk sobre Twitter, tras haber adquirido la red social por 44.000 millones de dólares. A partir de ese día podrá poner en marcha sus planes relativos a la gestión de la empresa, lo que entre otros aspectos incluyen una importante reducción de la plantilla.
De hecho Musk tendría previsto despedir a 5.500 trabajadores de Twitter, lo que dejaría su plantilla con solo 2.500 empleados. Meses atrás el fundador de Tesla y SpaceX ya había expresado su opinión relativa al exceso de plantilla, pero a pesar de dejar clara sus intenciones con respecto a una reducción de personal no parecía previsible que el recorte fuera tan drástico.
De hecho la propia Twitter ya contemplaba una reducción de parte de su equipo por motivos económicos aunque en una cuantía mucho menor con respecto vídeos de personal. Por otro lado los recortes que planea Musk también afectarían a la propia infraestructura de la empresa e incluso a los centros de datos con los que trabaja Twitter.
Algunos analistas consideran sobredimensionada la infraestructura y la plantilla de Twitter, pero también alertan sobre los posibles riesgos derivados de reducciones tan drásticas, riesgos que podrían afectar tanto a la seguridad de los usuarios como a la falta de control en cuanto a la publicación de contenidos de odio o pornografía infantil.
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