No es que Thunderbird haya introducido cambios radicales en el lanzamiento de su segunda versión, pero sí actualizaciones útiles enfocadas en aumentar tu productividad.
Manteniendo su sencillo interfaz, una de las nuevas características de Thunderbird 2.0 es la alerta de nuevos mensajes. Cada vez que entra un grupo de mensajes den la carpeta de entrada se advierte al usuario mediante una pequeña ventana emergente que aparece en la parte inferior derecha de la pantalla que muestra el remitente, de forma que, al estar enterado, podrás optar por seguir con lo que estés haciendo o dejarlo e ir a Thunderbird a leer tu correo.
También interesante es la nueva opción de etiquetado de los mensajes como descripciones tales como ‘Por hacer’, a lo que se añade la posibilidad de crear tus propias etiquetas, que además pueden combinarse con búsquedas guardadas y con las vistas de los mensajes; todo ello facilita la organización del correo.
Si prefieres tener toda la pantalla a tu disposición, el cliente de correo electrónico de Mozilla te permite maximizar la vista del panel de mensaje, optando por un menú desplegable en lugar de la tradicional barra lateral.
Una de las características más aclamadas de los productos de Mozilla es la seguridad y Thunderbird 2.0 parece heredar esta disposición. Una de las ventajas es que el programa te protege de correos fraudulentos marcándolos, y avisándote cuando intentas pinchar sobre un enlace que aparentemente intenta llevarte a un sitio web diferente al que indica la URL de dicho mensaje.
También se ha prestado especial atención al correo basura, también llamado spam, y calificado como una de las peores lacras a las que se enfrenta Internet. En este caso, sin embargo, Thunderbird no hace tan buen papel como cabría esperar. En Outlook existe una carpeta de spam a la que llegan los mensajes no deseados, aunque a veces se cuele alguno legítimo. En Thunderbird, sin embargo no existe esa carpeta. Lo que hace el programa es marcar los mensajes que considera spam, dejándose mucho por el camino, algunos tan obvios como los procedentes de países asiáticos con su especial caligrafía. El usuario marcará a mano los mensajes el spam que el programa no haya detectado y acudirá a Herramientas/Borrar mensajes marcados como basura en la capeta, para poder eliminarlos.
Afortunadamente este pequeño gran problema tiene solución gracias a una extensión de Thunderbird llamado Spamato4Thunderbird, sobre el que hablaremos próximamente.
También es algo más complicado que en Outlook la opción de crearte una firma que se adjunte a cada mensaje que envíes, y además las opciones de formato son menores.
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