A ver, la historia es como sigue: Nintendo saca la DS. La DS se convierte en un éxito. El numerito de las dos pantallas se convierte en el invento fetiche del videojuego. NTT DoCoMo y Mitsubishi piensan que puede ser una buena idea, anuncian teléfono con dos pantallas como la DS. La Gran N saca la Wii, otro éxito instantáneo. El Wiimando se convierte en el siguiente fetiche de los videojuegos. Los mismos de antes sacan el D904i, un teléfono que necesita ser inclinado, agitado, removido y arrojado contra objetos para jugar. Mientras, el resto del mundo mira a otro sitio y hace como si nada hubiera pasado. Fin.
Porque más allá de jugar a juegos del estilo de Marble Madness, ¿cómo puñetas en nombre de todo lo que es bueno, sagrado y vive en Hyrule se supone que vas a jugar a un juego «agitando el móvil como si fuera una raqueta o empuñaras una espada»? ¿Alguien se ha parado ha pensar cómo vas a seguir la acción en la pantalla del móvil mientras lo agitas? A no ser que de lo que realmente estén hablando sea de porno en vez de juegos, probablemente nunca lo sabremos. O nos importará. — Jesús Díaz
DoCoMo’s new phones offer motion-sensing game play [Reuters]
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