En los últimos años, la transferencia de datos a través de internet se ha disparado. Este ‘boom’ viene propiciado, en gran medida, por el aumento de la penetración de los smartphones, la popularización de los contenidos audiovisuales difundidos en streaming y el crecimiento de las llamadas VoIP.
Según un estudio elaborado por Online Business School (OBS), en 2014 se movieron 1.573 terabytes de información por minuto. En este tiempo se realizan 4,1 millones de búsquedas en Google, se publican 347.000 tuits, se comparten 3,3 millones de actualizaciones y se mandan 6.9 millones de mensajes en Facebook, se suben 38.000 fotos a Instagram, se ven ven 10 millones de anuncios, se cuelgan más de 100 horas de vídeo a Youtube, se escuchan 32.000 horas de música en streaming, se envían 34,7 millones de mensajes instantáneos por internet o se descargan 194.000 apps.
Si estas cifras a resultan impresionantes, debemos tener el cuenta que el siguiente desafío proviene del desarrollo del Internet de las Cosas, que multiplicará el número de dispositivos conectados. Según dicho informe, en 2020 habrá más de 30.000 millones de elementos conectados a las red, frente a los 2.500 millones que había en 2009. Junto a los dispositivos que ya tienen conexión (ordenadores, smartphones, tablets y wearables, esencialmente), poco a poco se irán sumando otros objetos como televisores, frigoríficos, vehículos, etc. Pero también crecerá notablemente en torno a sensores o tecnologías basadas en etiquetas de radiofrecuencia (RFID), empleadas en smart cities, smart shopping…
La consecuencia lógica será un enorme crecimiento del tráfico de datos. Según OBS, la información procedente de estos aparatos se convertirá a corto plazo en el mayor flujo de datos que se transferirá en la red. De esta forma, el Internet de las Cosas ayudará al crecimiento del Big Data, ya que pasará a ser el mayor proveedor de información para estos sistemas.
Todo este flujo de información es la savia que alimenta el crecimiento de la tecnología Big Data. Si ahora se están dando los primeros pasos para aprovechar todo el potencial que tiene el análisis de datos que se mueve en internet, esta tecnología va a ser esencial a medio y largo plazo. Y las empresas son conscientes de ello.El estudio de OBS señala que el 73% de las organizaciones mundiales están invirtiendo o tienen planificado invertir en Big Data en los próximos dos años. De hecho, el número de proyectos Big Data puestos en producción ha crecido un 5% en 2014. Además, se trata de un segmento de negocio que puede dinamizar el conjunto de la economía. No en vano, se estima que las soluciones tecnológicas Big Data aportarán 206.000 millones de euros a la economía de Europa en el año 2020, generando un incremento en el PIB de la Eurozona del 1,9%.
Además, el 95% de las empresas afirma que apostará por el Internet de las Cosas en un plazo máximo de tres años. Así, las inversiones en materia de Internet de las Cosas han crecido más del 60% desde 2012, y un 40% en el último año. Una de las consecuencias de dicho incremento ha sido la creación de empresas en este ámbito, cuyo número ha crecido más de un 70% desde 2012.
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