Son sólo 400 metros la distancia que ha sido elegida para esta competición que, antes de ver su desarrollo en este vídeo, ya te imaginarás que habrá ganado el coche de competición.
Pero eso no es lo importante, el competidor que empleaba una mochila a reacción, un jetpack ha podido tener una experiencia seguro que más adrenalínica (¿existe ese palabro?) y desde luego ha gozado de las vistas más espectaculares… aunque ver desde el interior del coche cómo te persigue un tío volando tampoco es moco de pavo.
De todas maneras hay que aclarar que la carrera se pierde por dos circunstancias. El piloto de mochila aérea (¿existe esa licencia de vuelo? el titulín de las nubes) primero necesita alcanzar una altura de seguridad y cuando la alcanza tiene dos importantes limitaciones: la velocidad máxima que puede desarrollar es de unos 90 km/h y la autonomía no supera los 30 segundos.
En fin, algún día veremos carreras de mochilas voladoras, no perdamos la esperanza. ─[Stuff.co.nz]
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