Microsoft, lista para derrochar
Microsoft siempre se ha mantenido reacia a las grandes fusiones o adquisiciones tanto en la teoría como en la práctica. Incluso sus acuerdos más grandes como Navision, Great Plains y Visio se hicieron todos por un valor no superior a 1.400 millones de dólares, dando a entender que Microsoft tendría que embargarse si superaba esta cantidad.
La compra de Aquantive sugiere que ese límite ha desaparecido y, junto a otras evidencias circunstanciales, se podría decir que Microsoft está por fin lista para utilizar su fuerza financiera.
En primer lugar, porque Bill Gates ya no está en escena, por lo que Steve Ballmer podría tener más libertad para actuar en este sentido. En segundo lugar, porque Ballmer necesita dar sentido al negocio que tiene Microsoft con Internet y porque necesita actuar de forma radical si quiere coger a Google. Las últimas noticias sobre sus conversaciones con Yahoo sugieren que se están planteando grandes transacciones.
Sin embargo, estos acuerdos no tienen por qué verse circunscritos a Internet. Microsoft podría también estar tratando de causar buena impresión en otras áreas. Por ejemplo, las aplicaciones empresariales y la revelación de que Microsoft mantuvo conversaciones de fusión con SAP en el año 2003, lo que hubiese supuesto la fusión más grande de la historia de las TI.
La gestión de los contenidos empresariales podría ser otra área donde la política de compra podría hacer de Microsoft un buen adversario. Y un acuerdo para comprar una empresa con conocimientos en software de servicios no sería tampoco ninguna tontería.
Compañías como Oracle y Symantec están mostrando que las fusiones y las adquisiciones tecnológicas no tienen por qué ser arriesgadas. No debería sorprendernos que Microsoft siguiera ese camino: desde luego, dinero no le falta.
Traducción de un artículo de Martin Veitch del 18 de mayo de 2007.
vINQulos
Noticia original
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