Bruselas ha conseguido poner a Microsoft contra las cuerdas. La Comisión Europea acaba de concluir que el gigante de software deberá ofertar el uso de todos los navegadores web del mercado en su sistema operativo Windows.
Actualmente, el SO tiene instalado irreversiblemente el Internet Explorer y la Eurocámara considera este hecho como una violación de las leyes comunitarias antimonopolio.
“La Comisión tiene la intención de imponer soluciones que permitan a usuarios y fabricantes una elección imparcial entre Internet Explorer y los navegadores web de terceras empresas” declara el portavoz de la Comisaria de competencia, Jonathan Todd.
Después de esta sentencia, la compañía de Steve Ballmer deberá rediseñar el núcleo de Windows y ofrecer a la posibilidad de desinstalar Explorer a los usuarios e instalar otros navegadores como Firefox, Safari, Opera o Chrome.
Microsoft aún no ha respondido a las denuncias presentadas por estos cargos desde el pasado mes de enero y la Comisión ha ultimado hasta marzo para permitir a la compañía de Redmond contestar al pleito.
El gigante sigue perdiendo cuota de mercado de navegación frente a Mozilla y puede que después de aplicar esta medida la caída de la misma sea mucho más drástica.
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