El mundo de la impresión 3D ha evolucionado enormemente en los últimos años, y lo que antes estaba limitado a unas pocas empresas con un enorme coste de inversión, ya es algo al alcance prácticamente de todos. Si bien el mundo de la impresión 3D todavía tiene que mejorar mucho y aún quedan años para que llegue a ser algo tan habitual como la impresión 2D, el apoyo de las grandes empresas de tecnología está acercando cada vez más ese momento.
Microsoft es una de esas empresas que está apostando por llevar la impresión 3D a los usuarios, no sólo consumidores finales, sino también startups y profesionales, de una forma mucho más accesible y totalmente integrada con su último sistema operativo, Windows 10. La propuesta de Microsoft es la estandarización del proceso y los formatos, con drivers y software que unifican esfuerzos siguiendo el modelo de universalidad por el que están apostando con Windows 10, y hemos sido testigos de ella en el último taller que han organizado junto con la startup española Exovite.
En estos último años han surgido multitud de impresoras 3D, y aunque todavía empresas como HP o Epson no han formalizado sus propuestas de consumo, numerosas startups y empresas del sector de la impresión 3D cuentan con una amplia variedad de impresoras 3D, tanto para profesionales como para usuarios. Este ecosistema de impresoras 3D suele basarse luego en herramientas de software propias de cada empresa o de software libre, pero el flujo de trabajo que va del escaneado 3D de un objeto a su impresión 3D, pasando por el modelado y edición, no está estandarizado.
La apuesta de Microsoft ha sido entrar de lleno en este flujo de trabajo, aportando a los usuarios y profesionales herramientas que simplifican enormemente el proceso usando Windows 10 y con software gratuito ya integrado en el sistema operativo. Manejar modelos 3D ya es algo tan sencillo como con cualquier otro tipo de documentos gracias a 3D Builder, un editor muy sencillo e intuitivo que está mejorando continuamente y que hace de los modelos 3D algo tan habitual como un documento de texto.
Junto con 3D Builder, Microsoft también cuenta con 3D Scan, una herramienta con la que escanear objetos en 3D es de lo más fácil, y que permite que el uso de su sensor Kinect sea coser y cantar. Atrás queda el tener que usar varios programas, con las limitaciones e inconsistencia que originaban. Si bien es cierto que existe otro software libre que permite escanear y editar modelos 3D, la sencillez que aportan 3D Builder y 3D Scan es algo clave para hacer de la impresión 3D algo mucho más accesible para cualquier usuario.
Como muestra de ello pudimos asistir a un taller en el que nos lo demostraron, con ejemplos prácticos y de la mano de la startup española Exovite, que gracias a Microsoft y su programa de aceleración de empresas ha podido desarrollar un innovador sistema que revoluciona el mundo de la traumatología, aplicando escaneo e impresión 3D, junto con las últimas tecnologías en rehabilitación y herramientas en la nube, para acelerar el tratamiento y mejorar el seguimiento de los pacientes. Sin duda una propuesta innovadora que ya se está utilizando en varios hospitales de nuestro país, como MAZ en Zaragoza, y que muestra que en España hay mucho potencial tecnológico.
En el taller pudimos probar la tecnología de Exovite, con un escáner 3D de diseño propio y que permitía obtener modelos de los brazos de los asistentes de forma rápida y consistente, incluso en situaciones en los que un paciente tenía el brazo gravemente fracturado.
Con ese modelo 3D y en colaboración con los profesionales médicos, se crea a su vez el modelo de una férula de inmovilización que se imprime en 3D con un material especial de uso médico y totalmente personalizada, no sólo con la forma del paciente y con huecos que permiten reducir el peso y mejorar la transpiración y comodidad, sino también siguiendo las pautas para un posterior tratamiento de rehabilitación incorporando electrodos de electroestimulación, que el paciente podrá realizar por su cuenta en su propio domicilio y que los médicos podrán gestionar en la nube. El sistema supone un aumento enorme de la eficacia y una aceleración del proceso, que se traduce en un tratamiento más rápido y barato.
En nuestro caso, el modelo de nuestro brazo escaneado pudimos editarlo luego con 3D Builder utilizando las Surface Pro 4 de Microsoft, que en un formato mínimo aportan un dispositivo de gran potencia y que gracias a sus múltiples métodos de entrada, como teclado, trackpad, pantalla táctil y lápiz facilitan enormemente el proceso. Ejemplo de ello es que varios asistentes sin ninguna experiencia previa pudieron llevar a cabo el procesado y manipulación de los modelos sin ningún problema. El resultado de todo el proceso lo pudimos ver luego materializado gracias a las impresoras 3D desarrolladas por la startup española MakerGal, que en este caso fueron varias impresoras 3D delta que imprimieron versiones miniaturizadas de los brazos de todos los asistentes en un tiempo récord.
Personalmente, con años de experiencia en el modelado e impresión 3D, he de decir que las herramientas y propuestas de Windows 10 suponen un importante paso adelante para normalizar esta tecnología entre los usuarios, y aunque todavía queda para que sea habitual ver una impresora 3D en cualquier hogar u oficina, estamos en camino y Microsoft tiene muy claro querer formar parte de la integración de esta tecnología en nuestras vidas.
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