Sin decirlo directamente, Satya Nadella ya lo dio a entender en su extensa carta dirigida a los empleados de Microsoft hace ahora una semana. El gigante del software está inmerso en un giro estratégico hacia el segmento de la movilidad y la nube omnipresente que requiere de “cambios culturales fundamentales”. Así que a nadie deberían pillar desprevenido los recortes que acaban de ser confirmados. Lo sorprendente aquí es el alcance que tendrán dichos recortes: nada menos que 18.000 personas dejarán de formar parte de Microsoft a lo largo del próximo año. Hasta ahora, analistas como Rick Sherlund, de Nomura Equity Research, barajaban la salida de poco más de 6.000 empleados o el 5% de la plantilla, tal y como recoge Barron’s. Las estimaciones más espectaculares subían hasta el 10%, lo que habría supuesto dejar en la calle a unas 12.700 personas.
Pero finalmente serán más. Muchas más. “El 22 de julio, durante nuestro reporte público de ganancias, compartiré detalles adicionales sobre dónde enfocaremos nuestras inversiones en innovación”, ha dicho el CEO de Microsoft en un email interno, siguiendo el estilo del escrito de hace siete días. Entonces Nadella también emplazaba a subordinados y curiosos al evento del próximo martes. “El 22 de julio, anunciaremos nuestros resultados de ganancias para el último trimestre y entonces diré más sobre lo que vamos a hacer en el año fiscal 2015 para centrarnos en nuestro negocio principal”, advertía. “En el transcurso del mes de julio”, continuaba, “el Senior Leadership Team y yo compartiremos más información acerca de los cambios de ingeniería y organización que creemos necesarios“.
Que Nadella hiciese referencia a los ingenieros se antoja clave ahora que se están forjando los despidos en el gigante de Redmond. Según las informaciones que comenzaron a circular este martes por la blogosfera de la mano de Bloomberg, la parte de ingeniería de software tiene todas las cartas para ser una de la que más sufrirá la reducción masiva de personal planeada en los despachos de Microsoft. El motivo no es otro que la adaptación de las fases de desarrollo y testeo de programas a prácticas laborales modernas, basadas en el cloud computing y menos dependientes del factor humano. O con menos exigencias de personal.
También se ha hablado de bajas en el área de marketing vinculado a la videonconsola Xbox, por mucho que Microsoft pretenda seguir apostando por la que considera “una de las marcas de consumo más veneradas” con “una base de fans delirante”. Nadella asegura tener puesta su mirada sobre “los equipos de ingeniería para construir las experiencias que nuestros clientes quieren” y “las organizaciones de ventas y marketing para mostrar nuestras propuestas de valor únicas e impulsar el uso”. Pero todo ello con visos de transformación. “Nada está fuera de la mesa a la hora de pensar sobre el cambio de nuestra cultura para cumplir con esta estrategia central”, decía el director ejecutivo antes del anuncio de reestructuración. Parece que adioses incluidos.
“Las organizaciones cambiarán”, añadía. “Se producirán fusiones y adquisiciones. Las responsabilidades laborales evolucionarán. Se formarán nuevas alianzas. Las tradiciones agotadas serán cuestionadas. Nuestras prioridades serán ajustadas. Se construirán nuevas habilidades. Se escucharán nuevas ideas. Se harán nuevas contrataciones. Se simplificarán los procesos. Y, si quieres prosperar en Microsoft y provocar un impacto en el mundo, tu equipo y tú tendréis que añadir muchos más cambios a esta lista”. Ése es el futuro de la Microsoft dirigida por Nadella, que en su nuevo comunicado no ha dejado muy claro quiénes serán exactamente los trabajadores excluidos, aunque podemos hacernos una idea.
El peso de la herencia de Nokia
En un primer momento se eliminarán 13.000 puestos y muchos de los afectados recibirán la mala noticia de aquí a finales de año, ya que Microsoft se ha autoimpuesto un plazo de 6 meses para comunicar “la gran mayoría” de las notificaciones de despido. Lo que se huele, eso sí, es una criba a todos los niveles. Frases como “los cambios afectarán tanto a la fuerza de trabajo de Microsoft como a nuestro personal de ventas” y “planeamos contar con un menor número de capas de gestión, tanto de arriba hacia abajo como hacia los lados, para acelerar el flujo de información y la toma de decisiones” son bastante significativas.
Actualmente Satya Nadella dirige un equipo de 127.104 personas. La barrera de los primeros 100.000 se superaba en primavera con la adhesión del negocio de Nokia, una herencia demasiado pesada que se teme pueda entorpecer la eficiencia mediante el solapamiento de actividades si no se mete mano cuanto antes. De ahí que 12.500 de los 18.000 despidos finales vayan a cubrirse con “trabajadores profesionales y de las fábricas” de Nokia Devices and Services. Esto supera por sí solo los 5.800 trabajadores despedidos en el año 2009 en Microsoft a causa de la crisis económica y, por supuesto, al millar de bajas que se temían en el país nórdico, de acuerdo con Helsinki Times, donde ya se estarían preparando mentalmente para recibir un varapalo en investigación si se efectúa la clausura total de alguna de las antiguas instalaciones de la firma del “Connecting People”.
Es de suponer que una parte de los recortes se tramite como jubilaciones anticipadas. Nadella ya ha adelantado que se ofrecerán las indemnizaciones económicas pertinentes y se favorecerá “la transición de empleo en muchos lugares”, de modo que “todo el mundo puede esperar ser tratado con el respeto que merece por sus contribuciones a esta empresa”. El directivo también ha aprovechado para matizar que, a pesar de que Microsoft está a punto de acometer el mayor recorte de plantilla de su historia, esto no es un punto de no retorno. “Si bien estamos eliminando roles en algunas áreas”, ha dicho concretamente, también “estamos agregando roles en otras áreas estratégicas”.
Los precedentes de IBM, Dell, HP y compañía
Además de evitar la redundancia de puestos, Microsoft cumpliría así con su esperanza de ahorrar varios cientos de millones de dólares a la hora de asumir la integración de los activos de Nokia en su estructura. Otros objetivos paralelos son “impulsar una mejor contabilidad, ser más ágiles y movernos más rápido”. A falta de que se materialicen estos planes, la cruda realidad es que el anuncio de hoy no desentona demasiado con los despidos vividos en la industria tecnológica durante los últimos tiempos. Dependiendo de la comparación, Microsoft incluso se quedaría corta. Por ejemplo, la Hewlett-Packard de Meg Whitman ha ampliado recientemente los recortes previstos en las distintas unidades de negocio que posee desde los 34.000 despidos iniciales a 45.000 como mínimo.
Por su parte, la reestructuración de IBM podría saldarse con 15.000 empleados menos a finales de año. En este punto hay que tener en cuenta que la transferencia de los servidores con arquitectura x86 a Lenovo ya supondrá deshacerse de 7.500. Otras 15.000 personas están acusando la modernización de Dell como empresa de servicios empresariales para sobrevivir a los nuevos paradigmas tecnológicos. Y la lista no para ahí. Otros representantes del sector, como SAP, Sony, Intel, Acer, BlackBerry, Cisco o VMware, también han echado manos de las tijeras desde 2013 con cifras que han ido fluctuando pero que se han quedado siempre por encima del medio centenar de personas afectadas.
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