Todo empezaba con la invitación a la prensa a un enigmático evento, al más puro estilo Apple. Resultó ser la presentación de Surface, tablet made in Redmond con el que Microsoft quiere competir en el próspero mercado.
Apenas un día más tarde se presentaba en sociedad el sistema operativo móvil Windows Phone 8, que incluía importantes novedades como el soporte a la tecnología NFC.
Poco después se desvelaba el precio de actualización a Windows 8, salían a la luz las retadoras declaraciones de Bill Gates –en las que afirmaba que Apple debería imitar a Surface- que más tarde reiteraría Ballmer.
Entre tanto tuvo lugar el encuentro con partners en Canadá, escenario sobre el que se formularon declaraciones que resonaron con fuerza en los medios: nuevas oportunidades para los socios, la confirmación de que Windows 8 llegaría en octubre o los 1.000 millones de usuarios de Office.
Ayer, también envuelto en un halo de misterio, tenía lugar el tercer gran encuentro con la prensa, que resultó ser -confirmando los rumores que así lo adelantaban- la presentación de la nueva versión de su suite ofimática –buque insignia de los de Redmond-, Office 2013, que sube el escritorio a la nube.
Ninguno de los productos llegará al usuario final de momento. Surface alcanzará las tiendas en otoño, al igual que el lanzamiento definitivo del SO Windows 8. Office 2013 por su parte, lo hará a principios del año próximo.
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