Vale, puede que una tablet o un ultrabook, o lo que sea el Surface Pro, no esté pensado para ampliarlo o modificarlo pero, ¿tiene sentido hacer una alternativa a un ordenador portátil que en cuanto se estropee sea imposible de reparar si no es por el soporte técnico?
No tengo muy claro que el ahorro de peso y tamaño justifique un sistema tan hermético, sobre todo porque no es necesario, ya que numerosos dispositivos han demostrado que se puede minimizar dimensionalmente un dispositivo y ser también modular y fácil de abrir.
Pero en el caso del Surface Pro nos encontramos cantidades ingentes de pegamento, cables colocados en posiciones que facilitan el romperlos, más de 90 tornillos y demás sistemas horripilantes que han hecho que en iFixit le den la peor puntuación posible, 1 sobre 10. Al menos la batería no está soldada, pero el hecho de que para llegar a ella tengas que ser MacGyver hace que no sirva de mucho.
Esperemos que la sociedad empiece a despertar y se de cuenta de que el hermetismo y la falta de modularidad y universalidad, en busca de controlar y obligar a producir más, al final nos llevará a todos a la ruina.
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