Las demandas antimonopolio, junto con las estructuraciones fiscales y de negocio, habían creado que Microsoft durante muchos años se haya dividido en una serie de unidades relativamente independientes. A partir de ahora desaparecen para dar paso a una nueva reorganización.
El Microsoft de hoy se divide por tanto en una serie de áreas funcionales interconectadas: Ingeniería, Marketing, Desarrollo de Negocio y Evangelización, Estrategia Avanzada e Investigación, Finanzas, Recursos Humanos y Legal.
Esta reorganización afecta también a la hora del tipo de productos y software en los que Microsoft quiere centrarse a partir de ahora. El área de ingeniería se dividirá a su vez en cuatro equipos: sistemas operativos, aplicaciones, nube y dispositivos. Terry Myerson se convertirá pues en el jefe de sistemas operativos e ingeniería, mientras que Julia Larson Green lo será de dispositivos.
Todas estas áreas estarán trabajando al unísono siguiendo el eslogan con el que Ballmer ha querido sintetizar esta reorganización: “Una estrategia, unidos juntos, con gran comunicación, decisión y energía positiva es la única manera de volar”.
Veremos si esta reestructuración tiene frutos reales que permitan a Microsoft ajustarse a los retos actuales de la decadencia del PC y la prosperidad de smartphones y tablets.
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