El rendimiento gráfico de Windows 7 será uno de los valores clave de este sistema operativo, que traerá novedades como el soporte para DirectX 11 y que tratará de ser un nuevo paso evolutivo en la historia de las interfaces gráficas de Microsoft. En un largo post de uno de los desarrolladores implicados en este sistema operativo se explican las claves de ese rendimiento.
Entre los temas que se tocan en el extenso artículo se menciona el hecho de que W7 se comportará de una forma distinta a la hora de asignar memoria de vídeo de cada aplicación, y gracias al nuevo WDDM v.1.1 se permitirán consumos de memoria mucho menores. La concurrencia en el llamado Graphics Device Interface también se ha rediseñado y ahora ese tradicional cuello de botella para muchas aplicaciones parece haberse liberado definitivamente.
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