Desde su lanzamiento, Windows 10 prometía ser un sistema operativo para todos los dispositivos, desde un PC a un smartphone. Sin embargo, aquellos que usaban el sistema operativo de Microsoft en un teléfono o una tableta no podían ejecutar las aplicaciones de escritorio tradicionales. Hasta ahora.
En el evento WinHEC de Shenzen, Microsoft anunció que las aplicaciones de escritorio para Windows 10 serán compatibles con los procesadores ARM, la arquitectura usada por la gran mayoría de los dispositivos móviles de hoy en día.
Este avance es fruto de una asociación entre Microsoft y Qualcomm. La compañía de Redmond mostró un vídeo en el que Windows 10 funciona sin problemas con un equipo dotado de un chip Qualcomm Snapdragon 820 de casi cuatro años de antigüedad y 4 GB de RAM. Esto es, unas especificaciones típicas de un teléfono inteligente de gama alta de principios de este año.
La llegada de las aplicaciones de escritorio a los smartphones con Windows 10 es de gran importancia. No estamos hablando sólo de apps compatibles con una interfaz de pantalla táctil, sino de programas de productividad completos, como Office, o de diseño profesional, como Photoshop. Sin contar con los videojuegos para Windows 10. De acuerdo con Microsoft, los desarrolladores no tendrán que cambiar ningún aspecto de sus aplicaciones para que funcionen en teléfonos inteligentes.
Según TNW, el gigante del software va a impulsar la Universal Windows Platform en primer lugar. El motivo es que las aplicaciones de esta plataforma suelen ser más eficientes en cuanto a consumo de energía, más amigables al tacto y escalables que el software heredado de plataformas x86. Ejecutar aplicaciones x86 implica el riesgo de sobrecargar el teléfono y acortar la duracción de la batería.
Pero de una forma u otra, la visión de Microsoft de Windows 10 como un sistema operativo para todo tipo de hardware empieza a hacerse realidad. Todo apunta a que los futuros dispositivos Windows 10 simplemente sean teléfonos inteligentes que se podrán acoplar a un ordenador portátil o una configuración de escritorio cuando se necesite hacer un trabajo complejo.
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