Microsoft, Google e Intel quieren limitar el acceso del gobierno estadounidense a las comunicaciones electrónicas

Algunos gigantes tecnológicos están presionando para que se endurezca la normativa que permite al ejecutivo americano acceder a las informaciones privadas que circulan por teléfono e Internet.

Los gigantes tecnológicos se han unido para intentar una salvaguarda mayor de la privacidad de los usuarios y limitar el acceso del gobierno de Estados Unidos a las comunicaciones electrónicas.

Así, la coalición de firmas TIC, denominada Digital Due Process y formada entre otros por Google, Microsoft, Intel, AOL, eBay o AT & T, solicita que se establezca un proceso que obligaría al ejecutivo a obtener una orden de registro antes de poder acceder a comunicaciones o documentos privados que se almacenan online, así como a ubicaciones de dispositivos móviles.

Quieren poner freno a la Electronics Communications Privacy Art, una ley aprobada en 1986 que deja al gobierno norteamericano manga ancha para secuestrar todo tipo de datos personales. Así, el grupo explica que “la tecnología ha avanzado mucho desde 1986 y la ECPA se ha visto superada” e incide en que “la gran cantidad de información personal generada por los servicios de comunicación digital ya no puede ser protegida adecuadamente”.

Muchas empresas estadounidenses centradas en bases de datos han sostienen su modelo de negocio en las licencias que permite esta ley, ya que la información privada de los usuarios y otras compañías se puede almacenar de forma indefinida en un servidor. Esto conlleva un riesgo para la privacidad, pero para el gobierno la posibilidad de manejar estos datos sin autorización es una medida necesaria para evitar el terrorismo y proteger la seguridad nacional, según se hace eco The Wall Street Journal.

Por otro lado, también queda pendiente la cuestión de qué hacen con los datos personales empresas que incluso forman parte de esta coalición como Microsoft y Google, que han reducido sus tiempos de conservación de la información privada de sus usuarios, pero que aún así siguen despertando el recelo por sus actividades y polémicas por la privacidad, como en el caso de Buzz.