Seguramente ya conoces las bondades del mini-PC Raspberry Pi, que nació con una vocación educativa para enseñar código a los más jóvenes por un precio económico y que ha acabado evolucionando en diferentes versiones.
Se trata de Sharks Cove y también es una placa base que permitirá realizar tareas de programación.
O, según la definen sus responsables, es una “placa de desarrollo de hardware compatible con Windows” que “está diseñada para facilitar el desarrollo de software y drivers para dispositivos móviles que ejecutan Windows, como teléfonos, tabletas y plataformas SoC similares”.
Precisamente en este soporte de Windows desde un primer momento se encuentra su principal diferencia con otros proyectos del estilo que han ido saliendo al mercado durante los últimos meses. Y es una de las causas de su precio.
Sharks Cove se puede encargar ya por 299 dólares, con imagen del actual Windows 8.1 incluida.
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