Microsoft apuesta por la construcción de un Gran Hermano
Microsoft podría embarcarse en una aventura orwelliana. En un movimiento que evoca a la obra maestra cinematográfica 1984, el gigante de software ha presentado una solicitud de una patente que permite el rastreo de la conducta de los empleados. Los de Redmond cuentan para su desarrollo con la tecnología Kinect.
A través del sistema, el departamento de recursos humanos puede rastrear la actividad de los empleados en el ordenador, llamadas de teléfono e incluso la conducta física: desde los gestos, a la vestimenta o las conversaciones. Si algo se sale de lo establecido inicialmente por el departamento, el sistema alerta de la alteración de esta conducta.
Se podrían establecer unos parámetros determinados de conducta y en el caso de que el sistema recogiera una anomalía en el comportamiento preestablecido de los trabajadores, alertaría al departamento, informa The Register.
En la documentación de la patente se alude a que se trata de promover conductas establecidas por la compañía, algo muy positivo: una mayor confianza de los jefes y aumentos salariales para los empleados. Pero la idea de un control absoluto en aras de la tecnología no convence a muchos y sus límites legales tampoco estarían del todo claros.
Los datos que proporciona el sistema son el tiempo dedicado al correo, a la navegación y a los procesadores de texto. También puede detectar si el empleado viste adecuadamente y conocer los gestos y conversaciones que mantiene. Es ahí donde entraría la tecnología Kinect.