Microsoft acusa a Google de monopolio
La compañía de Steve Ballmer ha presentado una denuncia formal ante la Comisión Europea contra el abuso por posición dominante de Google en el mercado de las búsquedas.
Microsoft ha solicitado a las autoridades antimonopolio de la Unión Europea que sancionen la forma de hacer negocios de Google. En el blog de la compañía, su vicepresidente y consejero, Brad Smith, explica que el gigante de las búsquedas se ha visto envuelto en un “creciente patrón de impedimento de acceso al contenido y los datos que sus competidores necesitan para proporcionar resultados de búsqueda a sus consumidores así como para atraer a los anunciantes”.
Serían seis los métodos que Google utiliza para suprimir la libre competencia: restringiendo el acceso de otros buscadores a Youtube y bloqueándolo cuando se accede desde Windows Phone, limitando el acceso a copias electrónicas de libros sin copyright, imponiendo a los anunciantes la condición de no usar los datos conseguidos en Google Ads en otras plataformas publicitarias, persuadiendo a las páginas de usar exclusivamente los cajones de búsqueda de Google y, por último, encareciendo la publicidad sobre los servicios que ofrecen sus competidores.
La Comisión Europea ha tomado nota de la denuncia y ha anunciado que “informará a Google y le pedirá su opinión. No diremos nada más al respecto”. Esta denuncia se suma a otras que Bruselas ya está investigando y que provienen de la propia Microsoft Ciao y Foundem. Ambas compañías alegan que los algoritmos de búsqueda utilizados por Google perjudican el posicionamiento de sus páginas, y que esto es así porque son rivales directos de Google.
Irónicamente, Microsoft fue multada hace unos años en Europa por abusar de su posición de dominio en el mercado de los sistemas operativos. La compañía fue declarada culpable de restringir la interoperabilidad entre los PC de Windows y los servidores que no eran propiedad de Microsoft, así como por anclar Windows Media Player a sus sistema operativo, delitos por los tuvo que pagar algo más de 496 millones de euros. Los de Redmond consiguieron evitar una nueva multa antimonopolio al permitir que los usuarios eligiesen su navegador web por defecto.