Menos necesidad de perfiles técnicos y otros beneficios del ‘low-code’

La nueva forma de desarrollar aplicaciones “permite a las empresas adaptarse a un nuevo contexto digital”, tal y como destaca la consultora española atSistemas.

Los desarolladores de software están entre los profesionales tecnológicos más demandados. Y habilidades como el low-code se mantienen al alza, como opción de garantía para las organizaciones y sus necesidades de desarrollo.

Se trata de “una nueva forma de entender el desarrollo de aplicaciones“, tal y como explica Ignacio Montero Jiménez, responsable de Negocio de Arquitectura y Desarrollo de atSistemas.

“El low-code es una evolución de los paradigmas de programación que permite a las empresas adaptarse a un nuevo contexto digital en el que cada vez es más importante asumir el reto de una manera más rápida y eficiente debido al cambiante entorno en que vivimos”, indica. “Es así como con la utilización de low-code las empresas podrán acelerar, simplificar y adaptar notablemente su proceso de desarrollo para alinearlo en tiempo y forma con las imperantes necesidades de negocio”.

Para la consultora española existen cinco beneficios destacados en la utilización del low-code para crear aplicaciones.

En primer lugar, permite “mayor rapidez en la entrega del producto final”, ya que simplifica y acelera su creación. Esta ventaja se apoya en el uso de tecnologías gráficas y declarativas. Las plataformas de desarrollo low-code usan muy poco código.

Además, esta tendencia da pie a una “mejora del producto constante”. Basándose en módulos ya creados, las nuevas herramientas de desarrollo permiten actualizar las aplicaciones reutilizando código y reduciendo el coste de mantenimiento. De hecho, el “abaratamiento de costes de desarrollo” es otro de sus puntos fuertes.

Otro beneficio es que existe “menos necesidad de perfiles específicos” en un momento en el que hay escasez de talento. Trabajadores con poca experiencia en programación, como analistas de negocio o gestores de proyectos, podrán desarrollar aplicaciones.

Por último, el low-code destaca por su “adaptabilidad a cada sector”, mercado y empresa, partiendo de funcionalidades básicas.