Llamado por algunos “ladrillo” y por sus usuarios “lingote”, en un momento en que la máxima expresión de telefonía móvil era el diminuto Nokia 8210 cargar con un zapatófono de 253 gramos convertía casi en una hazaña el hecho de usar un Nokia 9110 Communicator, uno de los primeros smartphones.
Pero realmente en tiempos en que el ordenador de sobremesa más avanzado usaba un procesador Pentium, el 9110 estaba animado por un procesador 486 similar al que aún era común en muchos equipos, de manera que podías presumir perfectamente de llevar un ordenador en el bolsillo dado que el “móvil” te permitía poder enviar y recibir faxes, crear y editar documentos de texto y hojas de cálculo, conectarte a Internet (tanto por GPRS como a través de un módem externo, el mismo que usabas con el PC) y hasta jugar al “Sim City”. El sacrificio era el tamaño del aparato y el bulto en el pantalón.
La jugada parece ahora repetirse con los phablet, un formato ya no tan nuevo que como su propio nombre indica se ubica a medio camino entre smartPHne y tABLET. El pionero fue precisamente el modelo Note en su primera generación, y ahora que está a punto de llegar la quinta entrega (se rumorea que en agosto) dado que un buen número de usuarios ya se han ido acostumbrando al tamaño llega el momento de potenciar aún más el interior para que el usuario vea recompensado el sacrificio de encajar semejante cacharro en algún bolsillo, con riesgo para la integridad del pantalón.
Pero claro, es que hace falta mucho espacio para contener nada menos que 4 GB de RAM que llevaría el Galaxy Note 5, una cantidad habitual en muchos ordenadores pero hasta ahora inédita en el terreno de la telefonía móvil. Recordemos que el pasado año Samsung dotó de 3 Gb de RAM al actual Galaxy Note 4, lo que le permitía gestionar con solvencia funciones como la ejecución de dos apps al mismo tiempo en pantalla partida, una prestación que sin duda incluirá también el inminente Note 5.
Al mismo tiempo una mayor cantidad de memoria RAM ayudará sin duda a una ejecución más fluida de las aplicaciones con mayores requerimientos o incluso favorecer prestaciones nuevas y más potentes que las que conocemos hasta ahora.
La misma fuente que ha facilitado la información relativa a esta importante adición de memoria RAM también indica que el Galaxy Note 5 permitirá la recarga inalámbrica y en cuanto a diseño contará con una parte trasera de cristal, un cambio en la línea habitual que se antoja similar al que en su día protagonizó el iPhone 4 de Apple en lo que podría significar una mala noticia para los aficionados a reemplazar las baterías o añadir capacidad de almacenamiento mediante tarjetas de memoria microSD.
En la práctica poco faltaría para que efectivamente el Note 5 sea casi un ordenador. Como ya hace tiempo que algunos usuarios han conseguido hacer sin demasiado esfuerzo con otros smartphones/tablets/phablets, bastará conectar el dispositivo a un teclado y un ratón inalámbricos y a un monitor externo y ahí se podrá sacar mejor partido a esa pantalla partida ejecutando dos apps al mismo tiempo en alta resolución.
vINQulo
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