Malos tiempos para las impresoras
Lexmark acaba de reconcer que no sobrepasarán la parte más baja de la horquilla de posibles resultados previstos para el Q4 y anunciados el pasado octubre.
La compañía reconoce que el impacto de la coyuntura económica mundial está pasando factura a los resultados de la firma, que asume un declive del 17% en los ingresos frente al mismo período de 2007.
La firma achaca la situación, además de al contexto financiero, a las malas ventas de la unidad de láser e inyección de tinta y a la volatilidad de las tasas de cambio, que hicieron oscilar las cifras de negocio.
Ante esta situación, Lexmark ya ha confirmado que iniciará un plan de reestructuración para 2009, que “se espera impacte en 375 puestos”. La compañía espera conseguir un ahorro en los costes de 45 millones de dólares (algo más de 33 millones de euros)
La estadounidense no es la única firma de impresión en problemas. Canon, a pesar de que no fue ésta su rama más afectada, acaba de reconocer igualmente que ha vendido menos de lo esperado en la campaña navideña y que le aguarda un ejercicio difícil. HP, por su parte, inició el verano con la reestructuración de su área de impresión en un intento por reconquistar la antigua fuerza de este negocio dentro del total de la firma.
El sector de la impresión está viviendo en los últimos meses una reorganización hacia la progresiva centralización en torno a los servicios. “El hardware es hardware y todo el mundo lo tiene”, explicaba el director de desarrollo de Kyocera España, Jesús Contreras, durante la presentación de su nueva división, Kyocera Business Services. “La diferencia está en lo que se ofrece de forma complementaria”, concluía entonces.