Magic: The Gathering – Battlegrounds
A primera vista parece otra recreación del popular (aunque hoy día no
tanto) juego de cartas Magic. Sin embargo, tiene una mecánica bastante
diferente que aporta dinamismo… y más complejidad.
Los que en algún momento hemos jugado a Magic sabemos hasta
que punto puede resultar absorbente ese juego de cartas. Si bien con el
tiempo perdió parte de su encanto al convertirse casi en una carrera
para conseguir las cartas más poderosas en vez de centrarse en la
estrategia de juego en sí, el magnetismo sigue ahí. Battlegrounds no es el primer juego basado en la idea general de la
gente de Wizards of the Coast, pero ha mezclado parte del mecanismo de
juego original con componentes de tiempo real. Por supuesto, se ha
simplificado el número de criaturas, hechizos y encantamientos
disponibles, todo en el nombre de la jugabilidad.
De
asimilación lenta pero muy adictivo
Quizá sea por el
condicionamiento original del juego de cartas y del videojuego que se
publicó hace unos años (que era muy fiel al de naipes), pero al
principio se hace un poco dura la asimilación del mecanismo de juego.
Acostumbrado a contar con un arsenal temible de todo tipo de criaturas y
hechizos, un jugador de Magic puede verse un poco desnudo con la
cantidad limitada de herramientas que Battlegrounds permite
durante un duelo. Sin embargo, sólo hay que jugar un par de partidas con
la mente un poco abierta al juego para descubrir que se trata de un
juego en el que también la estrategia es primordial, solo que el
componente de tiempo real le ha obligado a mutarse de esta manera.
Desde luego, nos encontraremos con los cuatro colores de cartas: roja, verde,
negra y azul. El videojuego ha reproducido una cantidad limitada de
ellas para cada palo, e incluso obliga al jugador a elegir un máximo de
cada tipo en un duelo (criaturas, conjuros y encantamientos) para que el
desarrollo de juego sea más ágil.
Se dispone de un modo
historia que también servirá de tutorial para explicarnos los entresijos
básicos. También hay un modo Duelo práctica en la que pondremos a prueba
las barajas que nos vayamos creando y un modo Arcade en la que podremos
ir haciéndonos camino a base de duelos rápidos con personajes
predefinidos. Por supuesto, lo más divertido es jugar contra otro, y
esto lo podemos hacer tanto con dos mandos como en Xbox Live (quien
disponga de dicho servicio).
Técnicamente el juego está muy
cuidado: los personajes duelistas y las diferentes criaturas invocadas
son muy vistosas tanto en el modelo como en el movimiento, y los efectos
de los hechizos y ataques varios son muy espectaculares. La música
acompaña muy bien, y el sonido está a la altura de los gráficos, con
cánticos de hechizos y rugidos de bestias incluidos.
En
resumidas cuentas: un juego con un toque original, adictivo y que
requiere una buena cantidad de tiempo para dominar.
Julio Canto