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Low-code o cómo lograr ser más ágil en el desarrollo de aplicaciones en la empresa

La digitalización no solo es un hecho sino que, además, tiene como uno de sus “apellidos” la urgencia.

Hoy, los departamentos de tecnología, desarrollo e IT se encuentran ante un momento de máxima presión desde las distintas áreas del negocio. Todas demandan digitalización y automatización de procesos, proyectos de datos, nuevas aplicaciones de negocio y evolución o modernización de las existentes y todas, para ya.

Y es que actualmente los plazos de desarrollo y el “time to market” son cada vez más cortos ya que es precisamente la capacidad de reacción que una compañía tiene tanto a la hora de optimizar procesos como de extraer inteligencia de los datos o crear nuevas aplicaciones lo que marca la diferencia.

Un escenario en el que las plataformas de desarrollo low-code son una de las respuestas que están adoptando muchas organizaciones para crear, mantener y evolucionar sus aplicaciones empresariales. Estas plataformas permiten desarrollar con mayor agilidad, lo que permite obtener más valor añadido al negocio, y gracias a tecnologías como la inteligencia artificial, están transformando el mundo de la tecnología en las organizaciones.

Agilidad y sencillez

Gracias a las plataformas low-code, equipos de desarrollo iguales o reducidos pueden crear y evolucionar las aplicaciones tres veces más rápido que con las herramientas tradicionales. Los equipos de desarrollo low-code, al ser más pequeños y por tanto, más rentables, cuentan con las habilidades necesarias para pasar de la idea a la aplicación.

Sin embargo, la adopción de las plataformas low code no está exenta de retos y muchas organizaciones tienen reticencias sobre la potencia, la fiabilidad o la posibilidad del “vendor lock in” que les obligue a mantenerse anclados a una plataforma. Además, los departamentos de tecnología y desarrollo, junto con los de negocio, necesitan hacer ajustes en su cultura y su organización, dejando atrás los enfoques anticuados y en su lugar, adoptando una nueva estrategia de diseño de equipos y productos.

Para analizar los retos que la creación y modernización de aplicaciones empresariales encierra y cómo las plataformas low-code pueden ser una perfecta opción para enfrentarse a estos, Silicon celebraba un encuentro con la colaboración de OutSystems y Amura IT.

Un evento que congregó, junto a Sergio García Desplat, director general de OutSystems para España y José Antonio Fernández, Head of Business Development & Partner Strategy de Amura IT, a Enrique Escudero, director de Desarrollo de Negocio de Securitas Direct; Juan Miguel Díaz, analista de Aplicaciones de Gransolar; Albert Romagosa, Global IT Solution Manager & Digital Manufacturing de Dow Chemical; Elena Moñino, CIO Office Leader de GE Renewable Energy; Agustín González, CIO de A3Media; Javier Vélez, Head Of Architecture de Capital Energy; Meritxell Corbeto Gonzalez, RPA Project Manager en Bayer; Ana Belén Cebrián, GBS-BCN Intelligent Automation Team Leader en Bayer; y Leonardo Cardinale, ingeniero Electrónico y RPA Developer de Schindler Group.

Así y como introducción al debate, José Antonio Fernández, Head of Business Development & Partner Strategy de Amura IT describía muy gráficamente el momento que actualmente viven todas las compañías con la digitalización como denominador común: “Todos los proyectos de transformación digital requieren de aplicaciones, de desarrollar nuevas o de modernizar las que ya existen, aplicaciones más rápidas y sencillas en su mantenimiento. Un escenario en el que low-code se presenta como un nuevo paradigma ya que responde a esos dos requisitos sin duda”.

José Antonio Fernández, de Amura IT.

Una agilidad y sencillez que también ponía de manifiesto Sergio García Desplat, director general de OutSystems para España, que apuntó como low-code permite una programación visual y por lo tanto más fácil pero que, además, quiso compartir con los asistentes otra de las ventajas que ofrecen estas plataformas y que, en su opinión, entronca directamente con la falta de perfiles TI que viven las empresas.

“El déficit de profesionales tecnológicos es evidente y en el caso de los programadores y desarrolladores de software casi más. Por ello, low-code es una opción que, además de las ventajas expuestas ya, puede ser una respuesta a esa falta de perfiles especializados”, señalaba.

Mayor alineación con negocio

Sin duda, a la hora de desarrollar cualquier nueva aplicación otra de las grandes necesidades de las empresas es lograr integrar a TI y negocio en dicho desarrollo.

Algo que no siempre es fácil, como exponía Leonardo Cardinale, ingeniero Electrónico y RPA Developer de Schindler Group. “Muchas veces yo, en mi día a día, echo en falta un frame work que me permita “traducir” y aunar de algún modo las necesidades del negocio y la vertiginosa evolución tecnológica. Tal vez low-code puede hacer esa función de traductor porque muchas veces ya ni siquiera la urgencia la pone sobre la mesa el negocio, un departamento o área, sino que es el propio mercado el que exige esa agilidad en el desarrollo”.

“El reto real al que nos enfrentamos radica en el análisis del negocio; en lograr transformar lo que pide el cliente en una aplicación”, reflexionaba en ese sentido Elena Moñino, CIO Office Leader de GE Renewable Energy. Una labor para la que precisan “estandarizar los procesos y entenderlos bien”.

Y eso, según el director general de OutSystems para España, es más sencillo si se utilizan plataformas low-code: “La interacción del equipo de desarrollo con las áreas de negocio es mayor. Negocio ve visualmente el desarrollo y lo entiende mejor, aportan sus ideas y reflexiones y se genera una mayor innovación por esa cooperación. Algo que también contribuye a las tan necesarias atracción y retención del talento”.

Talento con el que, además, no siempre se cuenta fácilmente como explicó Albert Romagosa, Global IT Solution Manager & Digital Manufacturing de Dow Chemical. “Nosotros nos dedicamos a la producción de materiales y productos químicos y no queremos ser una empresa de programación. Por ello generalmente optamos por soluciones que ya existen en el mercado pero, la verdad, es que no siempre encontramos lo que necesitamos”.

Un desafío en el que se preguntaba si a los perfiles con los que cuentan en la compañía, “perfiles técnicos, de ingeniería, química, etc.” sería posible enseñarles a programar porque “ese realmente sería el valor añadido de low-code en mi opinión”.

La respuesta tanto de OutSystems como de Amura IT fue afirmativa ya que, según sus portavoces, lo visual de low-code hace que sea muy sencillo aprender a desarrollar sobre estas plataformas, con una curva de aprendizaje que puede no superar una semana en el caso de perfiles que ya tienen conocimientos de desarrollo previos.

Sergio García Desplat, de OutSystems.

Así, Juan Miguel Díaz, analista de Aplicaciones de Gransolar, resumía, en ese sentido, los dos grandes beneficiados del low-code: “Es algo ventajoso en dos direcciones además; para el perfil de negocio o no técnico de la compañía que, con estas plataformas, puede involucrarse en el desarrollo de nuevas aplicaciones; y para el desarrollador que, con low-code, puede ser muchísimo más ágil”.

Agilidad y eficiencia

Ventajas que Agustín González, CIO de A3Media, ha podido experimentar en persona ya que son varios los proyectos que desde la compañía se han realizado con low-code. “En nuestro día a día, nos demandan eficiencia y excelencia operativa así acelerar las entregas. Pues bien, para la primera demanda, podemos apoyarnos en tecnologías de automatización y, para la segunda, nosotros nos hemos apoyado en low-code en muchas ocasiones, especialmente en aquellas en las que hemos precisado de una rápida implantación alineada además con el negocio”.

Pero las ventajas de este enfoque no solo se quedan en la involucración del negocio y de nuevos perfiles en el desarrollo de aplicaciones. En opinión de Enrique Escudero, director de Desarrollo de Negocio de Securitas Direct, “Low-code en realidad es un medio para conseguir un fin determinado; en mi caso, me permite abstraerme de la tecnología y realizar nuevos desarrollos con una mayor rapidez”.

Una afirmación que Enrique Escudero acompañaba de una advertencia: si “cualquiera” puede, gracias a low-code, desarrollar sus propias aplicaciones, por ejemplo, “es necesario controlar de algún modo esos desarrollos, saber qué se está haciendo y que se está haciendo bien”.

Y es que ese fue precisamente uno de los puntos que desde Bayer se aportaron al debate. Como explicó Ana Belén Cebrián, GBS-BCN Intelligent Automation Team Leader en la compañía, “cuando decidimos apostar por low-code y crear el programa citizen developer, todos se lanzaron como locos a hacer sus propios desarrollos. Unos meses más tarde, por ejemplo, dejaron morir esos desarrollos, perdieron el interés en ellos”.

La falta de tiempo estaría detrás de esa realidad pero, también, como añadía Meritxell Corbeto González, RPA Project Manager en la compañía, la necesidad de gestionar esos desarrollos, controlar lo que se desarrolla, quién lo desarrolla y para qué. “Por eso, para Bayer, es esencial tanto la figura del Business Analyst, que nos permite que esos desarrollos realmente tengan una justificación de negocio detrás, y la estandarización y calidad del código para que, si la persona que ha desarrollado determinado proceso o aplicación se va de la compañía, no se pierda ese trabajo”.

La estandarización o, mejor dicho, su necesidad era también destacada por Javier Vélez, Head Of Architecture de Capital Energy. “Low-code es un paradigma de futuro que va a cambiar radicalmente nuestra profesión”, afirmaba, algo que hace imprescindible que centremos todos los esfuerzos en la especificación en el desarrollo. “Hay que pensar en el mañana y, por eso mismo, diseñar las plataformas low-code preguntándole a los desarrolladores cómo quieren que sean, qué necesitan realmente porque son ellos los que van a utilizarlas”.

Sea como sea, en ese futuro es cierto que todos apostaban por este enfoque de programación y desarrollo, como una vía para ganar en agilidad y acelerar el “time to market”. Eso sí, como recordaba, José Antonio Fernández, de Amura IT, esto también abre nuevos retos: “Del gobierno del dato pasaremos al gobierno del proceso. Ese va a ser el siguiente reto al que debamos enfrentarnos”.

Mar Carpena

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