Los Zune de segunda generación llegan en dos formatos: con disco duro de 80 Gbytes o con memorias Flash de 4 y 8 Gbytes – algo escasas teniendo en cuenta que los iPod Touch ya se venden con 16 Gbytes.
Varias son las mejoras de estos reproductores frente a sus antecesores, ya que entre otras cosas se han reducido las dimensiones y el peso pero aún así la pantalla es algo mayor, de 3’2 pulgadas. Además de ello es posible reproducir formatos H.264 y MPEG-4 de forma nativa – antes WMV era la estrella rutilante – y será posible sincronizar canciones, vídeos y fotos vía WiFi, aunque lo de compartir música sigue siendo uno de los puntos débiles del producto de Microsoft, que mantiene el límite para escuchar únicamente 3 veces canciones que hayamos obtenido de otro Zune.
El software interno se ha rediseñado totalmente y según las pruebas de los que lo han analizado ahora es mucho más eficicente y sencillo de utilizar, aunque también señalan que el Zune MarketPlace – que ahora apuesta por música DRM-free – aún tiene un catálogo algo limitado.
Lástima que no esté prevista su venta en Europa, algo realmente extraño si Microsoft quiere competir con Apple.
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