Más de 80.000 estadounidenses y canadienses compraron OLPCs estas navidades como parte de la campaña de la fundación, “Regala uno, compra uno”: compra dos portátiles por 400 dólares y uno de ellos irá a parar al tercer mundo.
Pero contradiciendo todas las leyes del capitalismo, los de Negroponte han preferido enviar todos los portátiles que tenían a los que más los necesitaban y por eso la gente del primer mundo sigue aún esperando a tener el portátil que pagaron.
Los clientes se han quejado. Dicen estar cansados de llamar al servicio de atención al cliente y tener que vérselas con voces programadas.
Por su parte, los del OLPC dicen que nunca prometió a los compradores que tendrían el equipo en casa en una fecha concreta. Esto sin duda no ha tranquilizado mucho a toda esta gente, que puede que sea rica, pero no tonta, y no puede creer que se necesiten meses para suministrar un ordenador que se supone es de producción masiva.
vINQulos
The Inquirer UK
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