Los libros siguen dando dolores de cabeza a Google
Los libros continúan dando problemas a Google, que se podría enfrentar a un proceso por atentar contra las leyes del mercado en Estados Unidos por su servicio literario, Google Books.
Google Books permite acceder a una base literaria mundial y de grandes dimensiones, en la que se han escaneado textos de todos los estilos e idiomas para divulgar el conocimiento. El problema del servicio está en que esos libros están protegidos por derechos de autor, derechos que en un principio y según la industria Google vulneraba.
Para subsanar cualquier problema de este orden, el buscador firmó un acuerdo con los editores regulando el pago de cantidades indemnizatorias. En este acuerdo reside ahora la polémica, ya que la Justicia de EEUU consideraba en abril que dejaba sin cobertura a los llamados autores huérfanos, aquellos que tienen derechos pero que nadie logra localizar.
Además, la Justicia estadounidense se pregunta si el acuerdo no viola las leyes antimonopolio, aunque tanto Google como la industria cultural aseguran que el pacto es abierto (cualquiera puede unirse o no a él).
Estas consideraciones no han convencido a la Administración Obama, que como recuerda la prensa estadounidense, está iniciando una dura campaña para acabar con cualquier resquicio de prácticas monopolísticas. Según The Wall Street Journal, la Justicia americana ya ha enviado peticiones formales a los diferentes protagonistas de esta historia comercial (editores y el propio Google) para que acudan a explicar los puntos clave del acuerdo.
Varias fuentes del mundo editorial han confirmado la recepción de este aviso. “Estamos contentos de responder a sus preguntas”, ha apuntado un portavoz de Google a Bloomberg, confirmando también la recepción de este aviso.
¿Caza de brujas?
Google Books podría ser nada más que la punta del iceberg de investigaciones a las que podría tener que hacer frente Google. La Administración Obama intenta demostrar que no le temblará el pulso a la hora de frenar comportamientos poco comerciales y las tecnológicas tienen todas las cartas para ser las primeras investigadas.
“El departamento de Justicia está claramente centrado en Google”, apunta al Journal un ejecutivo neoyorkino. Esta visión coincide con la de la propia compañía que, según confían fuentes cercanas al buscador al diario económico, creen que la investigación sobre Google Books no es más que el primer paso para una mayor vigilancia de las compañías tech y sus comportamientos.
Además de en Estados Unidos, Google Books también se enfrenta a problemas en Europa. La Comisión analiza el funcionamiento de la aplicación y se plantea tomar medidas si lo que encuentra no le gusta.