Este informe concluye que los usuarios de videojuegos de coches y motos tienden a trasladar a la vida real ciertas maniobras arriesgadas que normalmente realizan en los juegos, aumentando la posibilidad de sufrir un accidente.
En este sentido, el informe asegura que son más proclives a pisar el acelerador por encima de los límites marcados, saltarse semáforos y hablar por el móvil mientras conducen.
Además, tienden a darse una nota más elevada a la hora de evaluar su manera de conducir que el resto de conductores.
“Jugar a videojuegos de conducción mejora los niveles de concentración y los tiempos de reacción, sin embargo, pueden tener más riesgos que los conductores que no juegan debido a la falta de consecuencias reales en los juegos”, según apunta uno de los investigadores de la firma que ha realizado el estudio, Tim Bailey.
Pero no todas las consecuencias de jugar a videojuegos de conducción iban a ser negativas, ya que según el informe, los que los hacen tienen más facilidad para aprobar los exámenes de conducir.
Os dejamos la tabla que resume las conclusiones del estudio, donde la columna “Do” representa a quienes juegan habitualmente y “Don´t” a quienes no lo hacen:
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