No se trata de nada oficial. No hay estudios ni cifras que respalden esta afirmación, pero se trata de un sentimiento que se ha instalado en la industria y que podía ser (por lógica) totalmente cierto: las consolas portátiles de videojuegos podrían estar siendo abandonadas, y cambiadas por smartphones y tablets.
¿Cuáles serían las razones de este cambio? En primer lugar, una mezcla de calidad y portabilidad. Hasta ahora, los usuarios viajaban con sus consolas porque era el único dispositivo en el que podían jugar a videojuegos “de verdad”, con una calidad que justificaba tener que cargar con otro dispositivo. Ahora las consolas siguen ofreciendo una gran calidad, pero también lo hacen otros dispositivos portátiles que además sirven para otras cosas. A la hora de hacer la maleta, la consola es la primera que queda fuera.
Además, según reflexiona ArsTechnica, los juegos para móvil continúan manteniendo un precio más bajo que los de consolas. Y sí, muchas veces son peores, pero aun así continúan siendo lo suficientemente buenos para justificar ese pago y hacer posible prescindir de las consolas.
¿Significa todo esto el fin de las consolas de videojuegos portátiles? Es pronto para decirlo (y, como ya se apuntó al principio, todavía no existen datos sobre este tema), pero sí es posible que la industria fabricante de este tipo de dispositivos exclusivos para jugar tenga que dar con una nueva estrategia para combatir la fuerte competencia de los smartphones. Habrá que esperar para saberlo.
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