Los superordenadores Summit y Sierra se ponen al servicio de la lucha contra el coronavirus
Los investigadores ya están utilizando sus recursos para intentar encontrar una cura.
Estados Unidos está utilizando sistemas de supercomputación para avanzar en la investigación sobre el COVID-19, también conocido como coronavirus.
Por ejemplo, el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, dependiente del Departamento de Energía americano, ha decidido aprovechar la potencia de Summit para estudiar compuestos de medicamentos e intentar encontrar una cura para el SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad.
Este superordenador con 200 petaflops de rendimiento pico permite realizar simulaciones e ir comprobando variables que están compuestas por miles de millones de datos con mayor rapidez que otros sistemas.
Gracias a Summit, los investigadores ya han podido simular 8 000 compuestos. Y lo ha hecho en pocos días en vez de varios meses. Según han anunciado, han logrado identificar 77 moléculas pequeñas de compuestos de medicamentosc con potencial para dañar la capacidad de COVID-19 a la hora de infectar células huésped.
“Nuestros resultados no significan que hayamos encontrado una cura o tratamiento para COVID-19”, advierte Jeremy Smith, investigador principal del estudio. “Sin embargo, tenemos muchas esperanzas de que nuestros hallazgos computacionales servirán para los estudios y proporcionarán un marco que los experimentadores usarán para investigar más a fondo estos compuestos. Solo entonces sabremos si alguno de ellos exhibe las características necesarias para mitigar este virus”, dice.
Por su parte, el Lawrence Livermore Lab de Estados Unidos está usando el superordenador Sierra para investigar qué anticuerpos podrían atacar al virus para neutralizarlo.