Los submarinos también embarrancan
Todos hemos tenido alguna vez un pequeño roce al aparcar el coche, esa columna del aparcamiento traicionera, esa farola que esquiva nuestro retrovisor y ataca nuestro parachoques con muy mala intención, esos bordillos más altos de la cuenta que nos destrozan los bajos (los del coche, los del coche). Así que no seáis crueles antes de empezar a burlaros del pobre “conductor” de este submarino nuclear de la armada británica, el HMS Astute… que ciertamente no ha hecho demasiado honor a su nombre.
Para haber costado más de mil millones de euros ya podían haberle dotado de algún sensor más avanzado de bancos de arena con los que quedarse ridículamente atrapado en la costa escocesa. Y esto en tiempos de paz, en tiempos de conflicto armado ya habría algún consejo de guerra y un pelotón preparado para castigar la torpeza con la inflexible disciplina militar.
El Astute está a la espera de que un barco remolcador llegue junto a él para darle un empujoncico y también se baraja la posibilidad de sacar a flote el submarino aliviando su carga armamentística a base de dispararla toda contra la costa, evidentemente en algún lugar no habitado. Casi que ya no me dan tantas ganas de haberme cruzado con este submarino en mis vacaciones. ─Antonio Rentero [Gawker]