Los spammers no cogen vacaciones de verano
Durante el verano, los envíos de spam viven su temporada alta: turistas, trabajadores que cubren vacaciones y universitarios en pos de su primer empleo son sus principales víctimas.
Cuando llega el verano, todo se relaja. Llega el calor, también empiezan las vacaciones… La actividad empresarial se queda en una especie de letargo de estío… Menos, al menos, para la industria del cibercrimen, que llegado el calor del verano no relaja su actividad; sino que más bien encuentra su agosto.
En verano no sólo nace la llamada canción del verano, las bebidas de los chiringuitos tienen precios que no son de este mundo y la gente pierde la vergüenza haciendo gala de sus modelitos de playa. Además de todo esto, los spammers hacen frente a su temporada alta.
La primera víctima: las empresas. La contratación de personal temporal hace que los trabajadores estén menos acostumbrados a discernir que es verdad y que mentira en su buzón de entrada. El click está casi asegurado.
Los segundos: los universitarios. El verano es su época de incorporación al mercado laboral. Y los malos de la red lo saben, ofreciendo trabajos estupendos que en realidad sólo son un gancho para sus intereses criminales.
Y en verano, por supuesto, también crece el spam que toma como gancho al sector de los viajes.
“Estos tipos de correo basura se elevan casi al 20 % de bombardeo publicitario total que se da en verano”, explica Martin Thorborg, cofundador de SPAMfighter. “Hay que estar en alerta no solo con estos tipos de spam publicitario si no también como un turista que utiliza ordenadores sin protección y Wifi en hoteles”, añade.