El interés por la TI como servicio y en la nube ha crecido en los pasados 12 meses y no vemos signos de desaceleración, puesto que Gartner ha identificado la tecnología como una de sus diez principales tendencias para 2011. Como las compañías buscan minimizar cualquier inversión en TI y conseguir más con lo que ya tienen, el recurso de los servicios virtuales en la nube no para de crecer.
Sin embargo, todavía hay compañías que destierran este tipo de servicios, a pesar de los beneficios que esta tecnología ofrece: datos recientes de una investigación de Forrester muestran que sólo el 21% de los directores de sistemas ha hecho un mejor uso de la “nube pública” (conocida como infraestructura de servicio) en 2010 respecto de 2009.
Han surgido dos enfoques diferentes de la nube: “nube pública” y “nube privada”. La “nube pública”, apoyada por Google y Amazon, proporciona servicios de TI bajo demanda a través de internet público. Esto significa que el usuario final puede disfrutar de acceso libre a datos y aplicaciones, aunque el alto rendimiento se basa en una conexión a internet rápida. La “nube privada”, por otra parte, se basa en compañías que virtualizan su propio almacenamiento y servidores, para crear una nube segura dentro del firewall corporativo. Este enfoque promete mejor rendimiento y mayor seguridad.
Teniendo en cuenta estos planteamientos, no es una sorpresa leer que los asuntos que realmente preocupan a los CIOs y a los departamentos de TI sobre la nube son la seguridad, la disponibilidad y la flexibilidad. Cuando se trata de seguridad, hay algunas empresas que se muestran cautas con las implicaciones del almacenamiento de sus datos fuera de la organización. Si este es el caso, sólo esta razón podría explicar por qué la “nube pública” no ha acabado de despegar.
Sin embargo, la “nube privada” tampoco es la panacea. El principal asunto a considerar es la forma en la que se maneja la tecnología. En un entorno virtualizado, mantener los servicios es más complejo – es más difícil predecir cómo un problema en una parte del sistema podría impactar en el resto. Son necesarias habilidades especiales para proporcionar de forma adecuada servicios en la “nube privada”, por tanto los CIOs que buscan implementar esta tecnología, tienen que considerar también cómo la van a manejar. La contratación o formación de nuevos empleados para disponer de recursos dentro de la empresa puede resultar costoso, por tanto es necesario considerar la posibilidad de externalizarlo.
El reto de la nube no acaba aquí: si la red corporativa subyacente no es necesaria hasta el momento de la entrega de servicios en la nube, todas las inversiones en tecnología de virtualización podrían no ser útiles. Conexiones más rápidas, que se rigen por sofisticados criterios de rendimiento de extremo a extremo y priorización del tráfico son cruciales, pero muchas redes de empresas no tienen estas características. Las redes corporativas construidas para absorber algunas aplicaciones y tráfico web no pueden acoger el enorme volumen de tráfico que la nube puede generar. Existe un riesgo real de que el aumento del uso de la nube impacte en el funcionamiento de las empresas, y el coste de la mejora de estas redes va en contra del ahorro de costes provocado por la nube.
Nube Empresarial
La respuesta está en lo que nosotros llamamos “la nube empresarial”. En este planteamiento, las TI y la infraestructura de red es propia y gestionada por un proveedor de red especialista, quien asume la responsabilidad tanto de la disponibilidad de las aplicaciones como del rendimiento de la red. La infraestructura está efectivamente externalizada, aunque los datos permanecen dentro del firewall, de forma que la gestión y los riesgos en materia de seguridad se minimizan.
La estrategia en la nube permite a las empresas beneficiarse desde una sofisticada gestión de la red que les permite despreocuparse por completo de la infraestructura end-to-end. Esto puede cercar algunas capacidades para diferentes propósitos, de forma que los servicios cloud para negocios críticos pueden seguir funcionando, independientemente de las demandas de la red por otro tipo de tráfico. Uno de los culpables es el flujo de vídeos, y sólo una red totalmente gestionada puede soportar la visualización de vídeo en la red por parte de los empleados.
La gestión de la red significa que los CIOs puedan establecer claros parámetros, prioridades para el vídeo, políticas de uso de social media, etc., permitiendo a los usuarios un uso libre cuando hay capacidad, pero con un rendimiento de la red segundo a segundo. Con la correcta gestión de la red, el tráfico más crítico puede convertirse en prioridad. Esto previene de cualquier congestión que, en el mejor de los casos, ralentizará las aplicaciones que se ejecutan en la empresa, pero fácilmente puede conducir a un fallo de aplicación creando un significativo tiempo de inactividad del negocio.
En otras palabras, el reto de la nube depende más que cualquier otra cosa de los servicios de comunicaciones, hosting y gestión de red que los proveedores especializados ofrecen de manera conjunta. Los CIOs deberían considerar sus redes como senderos inteligentes con múltiples niveles de seguridad, la habilidad de priorizar algunos datos sobre el resto, y la flexibilidad para envolver todo esto dentro de un SLA que proporcione seguridad al negocio.
La tecnología cloud se extenderá durante el 2011. Y es claro el motivo, la TI como servicio puede aportar muchos beneficios entre los que se incluyen agilidad y la habilidad para conseguir más por menos. Invertir en servicios gestionados y de red inteligentes es un importante movimiento en el negocio para los CIOs que están dirigiendo sus organizaciones hacia la nube.
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