Los prestamistas comienzan a abrirse hueco a golpe de mensajes indiscriminados
Desde Kaspersky Labs recomiendan no responder a emails que ofrecen crédito, ni siquiera para rechazar la oferta.
Cuando se trata de engañar a los internautas para terminar sacando algún tipo de beneficio económico, uno de los métodos a los que se recurre con asiduidad es el envío de correos electrónicos.
Éstos pueden contener archivos con malware, hacerse pasar por otra persona, enlazar a páginas fraudulentas o sencillamente repetirse hasta la saciedad en forma de spam. Y ahí es donde comienzan a despuntar los prestamistas, “al no poder competir con los bancos de renombre en el nivel y dimensión de las campañas publicitarias”, según señala Kaspersky Labs.
Dichos prestamistas pueden presentarse a título personal, de forma anónima o en nombre de alguna organización, incluso impregnándose con carga benéfica para intentar no levantar suspicacias. Pero casi siempre tienen la característica común de identificarse como intermediarios que tienen que solicitar el dinero a otra entidad.
El problema ya no es la molestia de recibir comunicaciones indesadas de forma constante, sino el peligro que éstas encierran si se cae en su propuesta.
Por eso se desaconseja responder a este tipo de emails, aunque sólo sea para rechazar su oferta porque es un gesto que “hace entender a los spammers que la dirección existe y está en uso”.
Los expertos advierten de que el precio final del servicio puede elevarse por encima de lo prometido o acabar en estafa. Por eso también recomiendan no descargar ficheros adjuntos o entregar información personal a desconocidos, “sobre todo si estos piden contestar [a] una dirección diferente a la que emitió el mensaje, por supuestos motivos de confidencialidad de la información y otros pretextos”.